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Reportaje:

La España que visitará el Papa

Malestar en Cataluña por el recorte del viaje, júbilo nacionalista en Euskadi, mientras Avila y Sevilla preparan la sorpresa

Ayer terminaba en Barcelona el recorrido de una veintena de periodistas, casi todos acreditados ante el Vaticano, por las tierras españolas que del 31 de octubre al 9 de noviembre próximos su día visitará Juan Pablo II. El aplazamiento de la visita papal del viaje, para después de las elecciones y el mantenimiento del programa en sus grandes rasgos parecen indicar que el viaje será lo que la Iglesia quiere que sea: una visita pastoral. Sin embargo, este grupo de especialistas en política vaticana llegó a España con una pregunta: ¿a qué viene Karol Wojtyla a España? Nunca se sabe si las intenciones del viajero coinciden con las expectativas del anfitrión. Tampoco hay que olvidar que la pastoral de Juan Pablo II lleva consigo una invitación a la Iglesia para que se haga más presente en la vida social.

Primera jornada: tranquilidad en MadridLa impresión que quiso transmitir la Conferencia Episcopal en su conferencia de Prensa del pasado domingo es que aquí no ha pasado nada. Las modificaciones introducidas por los organizadores romanos son mínimas. Se observan algunos ligeros retoques para aligerar un recargado programa y se añaden algunos actos, como la visita al cementerio de la Almudena, el Día de los Difuntos, vieja costumbre del que fuera arzobispo de Cracovia. Los encuentros con las autoridades políticas serán los estrictamente protocolarios. Ni siquiera le recibirán oficialmente cuando llegue a cada una de las regiones autonómicas. Si se acercan por allí, vienen a decir los obispos, saludará por igual a los delegados del Gobierno de Madrid y a los presidentes de los entes autonómicos. No parece, pues, que haya complicaciones.

Segunda jornada: en la ciudad de los conventos teresianos

El Papa irá a Avila y Alba de Tormes a clausurar el cuarto centenario de santa Teresa. En la puerta del convento de la Encarnación han colocado un poster con Teresa de Avila y Karol Wojtyla, en plan de decididos y triunfantes itinerantes. Bien es verdad que Teresa de Jesús, "fémina inquieta y andariega", pertenece a la estirpe castellana de grandes caminantes, como don Quijote, el Lazarillo o el Buscón. El camino teresiano es un dato biográfico y una metáfora frecuente en la literatura teresiana, aunque sin ningún acento triunfalista, ya que "estos caminos son harto cansosos", que decía ella. Por primera vez las carmelitas han abierto las puertas a la Prensa para que se pueda hacer una idea del itinerario que en su día hará el Papa: "Aquí, en el claustro, podrá contemplar el avellano y la fuente del tiempo de nuestra Madre. Y aquí, a la izquierda, si tiene tiempo, está el locutorio donde se produjo la levitación de san Juan de la Cruz cuando dialogaba con santa Teresa", nos decía la priora, vestida con sus once kilos de sayal pardo de burda lana.

En el patio, las monjas mismas preparan a golpe de martillo unos banquillos para que se acomoden las 2.000 monjas de clausura que vendrán de toda España a oír al Papa, para quien han montado un escenario a modo de estrado. Treinta años vivió en este convento Teresa de Cepeda, nieta de judíos, participando del relajo de aquellas 150 monjas a las que gustaba coquetear con los nobles e hidalgos de la ciudad. Un buen día se fue a fundar el convento de San José. Hasta 1942, este convento no acató las normas de quien hace más de cuatro siglos abandonó sus muros para comenzar la reforma. El Papa no tendrá tiempo de visitar el primer convento de la reforma, donde las superioras dejaron de llamarse "muy magníficas señoras prioras", como en la Encarnación era uso... Allá se fue Teresa con sus fieles para cambiar de forma y fondo.

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No ha pasado el tiempo por el modesto dormitorio de pequeñas puertas donde está la celda en la que Teresa escribió, sentada en sus talones y sobre un poyo minúsculo el Camino de perfección. En pie sigue la cocina de aquel "que el Señor también anda entre pucheros"; los pasillos irregulares de un convento hecho de casas particulares; el jardín de sus memorias y hasta la campanilla de la comunidad, comprada a buen precio porque tenía un agujero. Santa Teresa quiso que el convento fijara el número de sus miembros en "veinte y la priora". En San José, sólo llegan a diecisiete, por problemas de vocaciones; en el gran convento de la Encarnación son veintiocho, entre ellas una novicia norteamericana que vino de turista y se ha quedado de por vida.

El recuerdo, mantenido vivo durante generaciones, no sólo mediante relatos y lecturas, sino en la repetición constante de los comportamientos que la santa abulense dictó, crea un ambiente especial, en el que las pocas cosas que allí se consideran importantes parecen serlo de verdad. El visitante de a pie vuelve a la calle silencioso y sorprendido. Pero ese visitante público que es el Papa, y que ha hecho de los viajes espectaculares su arma evangelizadora más característica, tendrá que ver cómo transmite su encuentro con el misterio teresiano a los 100.000 creyentes que le aguardarán a los pies de la muralla para una misa.

Los teresianistas nos recuerdan, además, que la reforma teresiana fue algo más que rigorismo conventual. Escribiendo sus experiencias forjó el castellano moderno, dice Víctor de la Concha, y la reforma carmelitana se inscribe en los movimientos sociales progresistas del tiempo, mal vistos por los cristianos viejos y sospechosos ante la Inquisición. Esta dificultad en transmitir la sencilla radicalidad de estas mujeres, así como el carácter innovador de la reforma teresiana, mediante el gigantismo del viaje papal, es lo que han denunciado algunas voces dentro de la Iglesia y constituye el reto más importante del viaje de Juan Pablo II.

El obispo de Avila, en conferencia de Prensa, creía ver inspiración teresiana en la idea que este Papa tiene del hombre. Citaba, a este respecto, una frase del concilio Vaticano II, de claras resonancias teresianas: "Por el olvido de Dios, el propio hombre queda mutilado". Si eso es así, preguntaba el enviado del periódico comunista italiano L'Unità, ¿qué influencias políticas puede tener una concepción del hombre para la que el hombre sin Dios es un hombre a medias?". El prelado Felipe Fernández recordó el respeto de la Iglesia española a la autonomía política y su reconocimiento del pluralismo entre los cristianos. Los periodistas italianos se abalanzaron sobre su bloc de notas cuando el obispo respondió claramente a una pregunta sobre el apoyo de la Iglesia a una democracia cristiana: "Preferimos partidos que no se digan de inspiración cristiana", dijo. "En Italia, ningún obispo diría una cosa semejante", comentaban los italianos por lo bajo.

El interés de Juan Pablo II por los santos abulenses viene de lejos. En Roma escribió su tesis doctoral sobre san Juan de la Cruz. Muchos piensan, sin embargo, que una interpretación escolástica como la que él propone del místico castellano puede que no sea la más convincente.

De Avila a Alba. De Salamanca ha venido Sánchez Vaquero, secretario de la Universidad Pontificia, para explicar dónde y cómo se situará el millón de personas que asistirá a la clausura del año teresiano, mientras explica el destino de los huesos de santa Teresa. A los tres años de muerta, explica el profesor de Salamanca, los carmelitas consiguen llevarse el cuerpo a Avila. Las monjas de Alba se quedan con un brazo. A los nueve años se realiza la autopsia, por orden del obispo de Salamanca, y se le extrae el corazón. Una mano acaba en Ronda, tras un tiempo en Portugal. Es la misma que "arrebató a los comunistas el general Varela, por orden de Franco, y que luego retuvo hasta su muerte", explica Sánchez Vaquero. Para clarificar la relación de Salamanca con santa Teresa, añade: "Avila ha guardado el carácter conventual de la reforma, y Salamanca, el más intelectual".

Tercera jornada: las raíces cristianas de Europa

El aeropuerto de Lavacolla está situado en medio del Camino de Santiago. Era el lugar donde los peregrinos lavaban su cuerpo antes de llegar a Santiago. Un poco más arriba tenía lugar la carrera democrática, donde nobles y plebeyos disputaban por ver quien quién llegaba antes a la colina del Gozo, el montículo desde donde se divisaba finalmente la catedral. El ganador tenía derecho, como premio, a cambiar su apellido por el de Rey. El Papa hará esta carrera en coche.

Angel Suquía, el arzobispo compostelano, de origen vasco, se presta a las preguntas de los penodistas, que siguen buscando el sentido político del viaje del Papa. Para ello le preguntan por la Iglesia española. Coincide con el de Avila en señalar que la Iglesia ha optado por no apoyar un partido democristiano. Claro que hay desánimo en la sociedad y que "una democracia sin valores morales profundos no puede subsistir" .

Aparte el jubileo. jacobino, el tema reservado a Santiago es particularmente caro al Papa: las raíces cristianas, ahora ya se dice espirituales, de Europa. Ese es el contenido de lo que la Conferencia Espicopal entiende por "acto europeísta en la catedral".

Cuarta jornada: una sevillana pobre espera al Papa

"Queremos celebrar el encuentro con el Papa al estilo andaluz", decía Carlos Amigo Vallejo, el joven arzobispo hispalense. Es fácil pensar que el genio sevillano pondrá su gracia en la visita del Papa. Es, sin embargo, Angeles de la Cruz, la monja de los pobres, cuya beatificación tendrá lugar ante 500.000 sevillanos, la que dará la nota. Murió en 1932, y las izquierdas lloraron su muerte, como los más pobres, para cuyo servicio fundó una orden de mujeres que viven en la más rigurosa pobreza, que duermen un día sí y otro no, recostadas en unas tablas de madera que de día asemejan ataúdes en hilera. Duermen vestidas, siempredispuestas a correr tras enfermos y necesitados. Mientras velan a los enfermos, hacen las faenas de la casa. Vuelven al convento al alba, después de haber dejado provisiones para el día.

José María Javierre, que no oculta su entusiasmo por estas mujeres, a las que todo Sevilla quiere, cuenta que durante la guerra civil los milicianos ponían piquetes ante sus conventos para que nadie les hiciera daño.

Con la habilidad de un clérigo diplomático, Carlos Amigo iba toreando cuantas preguntas hacían referencia a la política de la Iglesia. ¿Qué haría la Iglesia en caso de un golpe? ¿Qué espera del Papa de cara a robustecer una democracia en peligro? ¿Qué tendencia del episcopado español va a resultar reforzada con la visita del Papa? A la vista de las respuestas evasivas, el más viejo de los especialistas en política vaticana sentenció: "Usted da el tipo para trabajar en la curia vaticana".

Quinta jornada: la fiesta de los santos vascos

Una delegación del Gobierno autónomo vasco esperaba en Vitoria la llegada de la expedición de periodistas. La verdad es que primero se presentó un enviado del delegado del Gobierno central, que se esfumó cuando se manifestaron los del Gobierno autónomo. La primera etapa fue una visita a Garaikoetxea. El lendakari expresaba su más cordial bienvenida al Papa. Resultaba anómalo, tras las etapas recorridas, que en Euskadi no hubiera un encuentro masivo del Papa en alguna gran ciudad y que sólo les dedique medio día. Pero no se lamentaba: "Nos compensa", decía, "que visite a dos santos vascos. Porque Francisco Javier, navarro, como yo, aprendió el eusquera y habló en eusquera". Será una fiesta del pueblo vasco. Hasta el obispo de Bayona ha sido invitado. En Loyola aclararían que la invitación no había tenido aún lugar, y que la haría el obispo de San Sebastián "a título personal". Contrastaban todas esas precauciones en torno a la invitación al pastor de los vascos franceses con la naturalidad con que Angel Suquía explicaba la invitación de los gallegos al obispo portugués de Braga.

Las alusiones del lendakari a la naturaleza vasca de los elementos que confluyen en el viaje papal a Loyola y Javier acarrearon varias preguntas sobre la relación de la religión y la política en Euskadi entre otras, si el PNV era democristiano: "EL PNV", respondía el lendakari, "es democristiano y uno de los fundadores de la Intemacional Democristiana. Pero es de un carácter especial, nacionalista y progresista. No como el italiano Se podría parecer, por su progresismo, a lo que quiso ser la Izquierda Democrática, de Ruiz Giménez". Más de cincuenta millones está dedicando el Gobierno autónomo vasco a preparar la infraestructura para el millón de personas que puede darse cita en Loyola. A ello hay que añadir los 30 millones presupuestados por la Diputación de Guipúzcoa.

Sexta jornada: la indignación catalana

Hizo falta poco tiempo para que Martínez Roura y José María Suñer, responsables de la comisión diocesana preparatoria del viaje, se despacharan a gusto, ante los atónitos periodistas extranjeros, contra "la incomprensión del centralismo de Madrid". El cardenal Jubany, arzobispo de Barcelona, con quien estaba prevista una conferencia de Prensa, acabó anulándola por problemas de tiempo. Como decía un periodista catalán: "Aquí llueve sobre mojado". Y se explicaba: a Martínez Somalo no le hizo ninguna gracia que el Papa fuera a Montserrat. Ahora resulta que, por la intervención autoritaria del polémico cardenal vaticano Paul Marcinkus, se elimina una audiencia popular "que sí van a tener en Madrid". Para José María Suñer, ésa sería la razón de la dimisión de José Manuel Estepa, cuya carta dimisionaria distribuyen entre los periodistas, junto a otra de entidades catalanistas que protestan contra la decisión del Papa "de usar marginalmente la lengua catalana, lengua propia de la nación catalana". No se libra ni el cardenal arzobispo de Madrid, Vicente Enrique y Tarancón, a quien echan en cara su poca sensibilidad autonómica.

Según el último proyecto, el acto masivo del Papa en Barcelona será en el Camp Nou, abierto al público sin que sea necesario el uso obligatorio de tarjetas de entrada. Esta circunstancia provocó la indignación del organizador, ya que "eso supone que tendremos 2.000 policías que ocuparán el lugar de otros tantos fieles". Alguien comentó: "Esos también son fieles", a lo que respondió José María Suñer: "Pero no son de los nuestros".

El abad de Montserrat vino a poner la nota de sentido común a la crispación con que había sido recibida la comitiva. "Entiendo que se haya recortado el viaje del Papa, aunque lamento que no se haya consultado al cardenal". Los periodistas extranjeros estaban interesados en saber el papel de Montserrat en la actual España. Casiano María Just les dijo que la llegada de la democracia hizo innecesario el papel que tuvo durante la dictadura. Montserrat apoya los derechos del pueblo catalán de una manera solidaria con el resto de los pueblos españoles, y no utiliza su fuerza moral reconocida para dividir, sino para aunar a todos los catalanes.

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