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La crisis de gobierno en Bonn relanza la figura de Strauss

La crisis de Gobierno en la República Federal de Alemania ha hecho posible la resurrección política del socialcristiano bávaro Franz Josef Strauss, que ha pasado a jugar un papel decisivo con su dura posición frente a los liberales (FDP). A sus 67 años, Strauss parecía alejado definitivamente de la escena política de Bonn, ocupado en la presidencia del Gobierno de Baviera.

La caída de la coalición social-Iiberal (SPD-FDP), hace una semana, sonó a los oídos de Strauss como un ahora o nunca, y, de forma inesperada, el político bávaro se presentó en Bonn a llevar las negociaciones para la nueva mayoría.Strauss puede permitirse maniobras políticas, que a cualquier otro político le costarían su carrera. En un solo día Strauss se presentó ante la Prensa, en Munich, para decir que la fecha de las nuevas elecciones era innegociable según decisión unánime de la presidencia de su partido, la CSU Horas más tarde, al llegar a Bonn Strauss decía a un periodista: "¿Por qué no va a ser negociable?". El mismo día por la noche Strauss aceptaba el aplazamiento de las elecciones hasta marzo del año próximo, por supuesto, sin tener en cuenta para nada el voto unitario de la presidencia de su partido.

Estos cambios continuos de Strauss han sembrado el desconcierto de su correligionario, el democristiano Helmut Kohl, y del nuevo aliado, el liberal Hans-Dietrich Genscher. Strauss repite continuamente que el Gobierno que salga después del voto de censura contra Helmut Schmidt, el próximo 1 de octubre, será sólo "un Gobierno de transición". Kohl y Genscher se rebelan contra este calificativo, que revela la precariedad de su empresa en común.

Por eso, muchos en Bonn temen una nueva pirueta de Strauss, después de las elecciones del domingo en Hesse. Si los liberales (FDP) fracasan y no alcanzan el 5%, cosa muy probable, Strauss podría replantear toda la negociación y asegurar que Genscher no es un interlocutor fiable por su posición inestable. Algunos atribuyen a Strauss una dosis tan grande de maquiavelismo, que ya han lanzado la hipótesis de que en la votación de nuevo canciller, el 1 de octubre, a Kohl podrían faltarle los votos de algunos de sus hermanos socialcristianos bávaros.

Strauss podría entonces sacar a relucir de nuevo el tema de elecciones inmediatas, para acabar con los liberales y aprovecharse del alza democristiana en los sondeos de opinión. Strauss tiene razón en que el momento actual es Único y casi irrepetible. En toda la historia de la RFA sólo una vez, hace ahora veinticinco años, con siguió un partido la mayoría absoluta: la CDU/CSU, con Konrad Adenauer, el 15 de septiembre de 1957.

Los democristianos tienen ahora esa ocasión de conseguir la mayoría absoluta, lo que difícilmente se repetirá en marzo, tras los primeros cien días de Gobierno. Strauss ve claro que la ocasión para acabar con los liberales (FDP) es "ahora o nunca". Libre del FDP, Strauss podría manejar a su antojo a un político mucho menos capacitado, como Helmut Kohl. Se habría cumplido así el viejo plan de Strauss, que en una ocasión dijo: "¿Qué importa quién sea canciller por debajo de mí?".

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Por eso, curiosamente, en las negociaciones de estos días en Bonn para formar un nuevo Gobierno, Kohl está al lado de Genscher y en contra de su correligionario Strauss. Kohl necesita a Genscher para frenar a Strauss.

El político bávaro parece movido por la obsesión de hacer pagar la los liberales, y también a Kohl, todos los golpes recibidos en el pasado, y Strauss ha puesto en marcha toda su capacidad política.

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