Sarkis, un estadista 'no demasiado enemigo de nadie'

Elías Sarkis, de 58 años, ha sido hasta ahora el más joven presidente de Líbano desde la independencia de este país, hace 39 años. Hijo de un tendero de la localidad de Chabanieyeh, a 20 kilómetros de Beirut este, el joven Elías Sarkis, cristiano maronita, tuvo que interrumpir su bachillerato y conseguir un empleo de oficinista en la compañía libanesa de ferrocarriles para costearse la vida. Después se licenció en Derecho, se hizo juez y comenzó su carrera política.Desde la subsecretaría de la Presidencia libanesa, Sarkis llegó a gobernador del Banco de Líbano el año 1967. Desde este puesto, Elías Sarkis consiguió recuperar para. su país el ascendiente y el prestigio bancario que, años antes, permitió conocer a Líbano como la Suiza de Oriente Próximo.

En 1970 Elías Sarkis concurrió a la nominación presidencial contra Suleimán Franjieh, que en la Cámara de Diputados le aventajó únicamente por un voto. No obstante, sería Elías Sarkis quien, seis años después, desbancaría de la presidencia a Franjieh.

El acceso de Sarkis a la presidencia de Líbano, impulsado por Siria, suscitó una feroz resistencia por parte de palestinos y progresistas libaneses, que rubricaron su designación con un bombardeo contra el palacio presidencial de Baadba el 8 de mayo de 1976.

De natural solitario, Elías Sarkis ha buscado a lo largo de su mandato presidencial una equidistancia política respecto a las distintas formaciones libanesas impensable en el atribulado Líbano no sólo por el acendrado sectarismo.

Cabe afirmar que si Líbano, en estos duros tiempos, ha sobrevivido como Estado ha sido en buena parte gracias a este funcionario no demasiado enemigo de nadie en un país descoyuntado por la lucha feroz entre banderías. Esta fue su principal virtud v su más grave debilidad.