El voto inútil
Este rotativo matutino acaba de publicar una sofemasa monstruo y modelo, que hace ya casi innecesarias las elecciones, donde se estudia todo, menos el voto inútil así llamado, y que, para muchos es el voto moralmente más útil."Hemos hecho la historia con nuestra sangre y nuestros sacrificios, con nuestro dolor, nuestro sufrimiento, nuestra determinación, nuestra fe, nuestra Voluntad para escribir juntos páginas gloriosas con letras de luz y fuego..." No es una proclama electoral de Dolores lbárruri, sino un texto de Yasir Arafat, ahora que va a ser recibido por el papa Wojtyla, al mismo tiempo que los niños palestinos recorren Madrid de la mano de Tierno y los combatientes de ese país sin país son recibidos y homenajeados por el pecé. En estas cosas anda el voto inútil, en niñas de ojos como lagos incógnitos de la Alhambra y niños de entrecejo adulto, en vestimentas que traen la policromía seca del desierto y el color dulce y cruel de la sangre. En guerrilleros ya casi legendarios, como lo es Arafat. El voto inútil, como se le define ya con crudo pragmatismo electorero, se convierte de inmediato, por su exclusión, en voto moral / testimonial, en el voto interiormente válido, a la izquierda o la derecha, para que el votante se vacíe y realice en su propia conciencia, que incluso esta función catártica interior tiene la democracia, poco profundizada por los analistas entre dos salsas, como la lubina a que les invita el líder. Juan Cruz publica su Retrato de humo, que es un bello intento, con voluntad de fracaso, por relatar el voto inútil de quien ha volado en la vida contra -sí mismo, -a favor de sus frustraciones. Me invitan de Interviú a unas tenidas con los líderes preveintiocho. Alguno de ellos sólo contabiliza votos inútiles, que, como digo, se convierten inmediatamente en votos morales. No el voto de la conveniencia, sino el de la convicción. El mundo está lleno de Juanes Cruz que escriben o votan en contra de su propio presente. Yo sigo leyendo Triunfo todos los meses, aunque no salga. Como sigo escribiendo a Ana Belén, aunque no me conteste. Un poco estragado uno de pragmatismos electora les, siente la tentación de lo inútil tentación al mismo tiempo elitista y moralista. Javier Foz, director de Jano, me pide un artículo sobre vejez. ¿Qué partido ganador va a hacer algo por los viejos? La vejez es la infancia de la muerte y la verdad es que, políticamente, no le importa a nadie. El doctor Salmerón me encuentra bien de coronarias y bajo de tensión. El voto inútil es un voto bajo de tensión, quizá, pero quien no vota sino para realizarse interiormente no podrá renunciar a su voto inútil. Vuelve al Español la Historia de un soldado, de Stravinski. Las guerras empiezan con unos himnos y se resuelven en grandes conciertos. La música hace música con los crímenes históricos colectivos, de modo que casi da igual el voto inútil. Hay un plan de fomento del empleo femenino. Digo lo de los viejos. ¿Qué partido va a resolver de una vez la esclavitud manchesteriana de la mujer trabajadora? El voto inútil es una especie de abstención activa, y como hay mucho absentismo electoral y mucho objetor de conciencia enfrentado a la conciencia objetivadora de la derecha real y el centro irreal, puede resultar, por ironía estadística, que el voto inútil resulte mucho más engrosado de lo que se prevé, y más útil, a la larga, a la sociedad española. Gran cuidado con el voto inútil, que también entra en las urnas.
Casi todo el voto de la derecha es oportunista, como vemos por las alianzas de Alianza. Y entonces entran ganas de ejercitar el voto inoportuno, inútil, ganas de hacerse ese retrato de humo que supone votar a un perdedor. Passar.
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