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La catástrofe aérea de Málaga

Una de las dos 'cajas negras' del DC-10 de Spantax será enviada a EE UU para investigar las posibles causas del accidente

Sólo diez de las cincuenta personas muertas en el accidente del DC-10 que se -estrelló el lunes en el aeropuerto de Málaga habían sido identificadas hasta la tarde de ayer. El resto de los ataúdes depositados en la base aérea del aeropuerto esperaban ayer, alineados en el suelo del hangar principal, a que los cuerpos que contenían fueran reconocidos por los familiares de las víctimas. El número de víctimas se incrementó ayer a 50, al fallecer uno de los heridos. Un funeral conjunto; organizado por el Gobierno, fue oficiado en la mañana de ayer. A continuación fueron autorizados los primeros traslados de los féretros. Las dos cajas negras del avión fueron enviadas a Madrid para su estudio, aunque la principal de ellas será trasladada a Estados Unidos, donde los mejores, medios técnicos permitirán establecer con claridad las causas del accidente.

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El funeral, oficiado por el vicario general de la diócesis de Málaga, Manuel Díez de los Ríos, se desarrolló en un ambiente de gran emoción. Presidió, en representación del Gobierno, el subsecretario de Aviación Civil, Fernando Piña, junto a las autoridades civiles y militares de Málaga y el cónsul norteamericano en Sevilla.Los cincuenta féretros se hallaban depositados a la derecha de la nave, de unos mil metros cuadrados. En el centro estaba el altar. Las escenas de dolor fueron la nota patética del acto, especialmente por parte de María Cristino, una mujer de 55 años, que ha perdido a tres hijos en el accidente y que tiene a su marido con quemaduras muy graves.

La familia, portuguesa de origen, tiene su residencia en Milford (Estados Unidos). Las escenas protagonizadas por esta mujer, que se vestía con un pantalón y una blusa de pijama de las usadas en los hospitales, puesto que lo había perdido todo en el siniestro, fueron desgarradoras.

En cuanto al número oficial de víctimas, aún no se ha podido establecer con precisión. Según el secretario de la comisión investigadora, José Bellido, cinco de las seis personas a las que hasta ayer se daba por desaparecidas, han sido halladas en diferentes lugares por la policía. En su opinión, en este tipo de percances hay supervivientes que no quieren ser identificados por distintas razones.

En cambio, en una nota de la compañía, enviada a última hora de la noche de ayer, desde su sede en Palma de Mallorca, se señala que el número de fallecidos o desaparecidos es de 56, ofreciendo una lista con los nombres o apellidos de las víctimas y en la que sólo hay un cadaver desconocido. De las tres azafatas muertas, también según la citada lista, María Luisa Burgos está desaparecida.

En cuanto a los heridos, al menos cuatro personas se encuentran en situación de extrema gravedad, internados en la unidad de quemados de la residencia sanitaria de la Seguridad Social.

La tarea de identificar a los cadáveres está resultando extremadamente difícil por cuanto muchos de los familiares de las víctimas aún no han venido a Málaga, probablemente por desconocer que viajaban en este vuelo charter.

Nueve de las diez víctimas identificadas eran españolas. La lista es la siguiente: José Antonio Valdés Cueto, Sofía Sotomayor, Manuel de Dompablo, Natacha Ayán Peral, María Flor Peral Valero, María del Pilar Morales de Terry (madre del pequeño Gerardo de seis años que resultó ileso), María del Mar Picatoste Silva, Natividad Cons Salazar, Vicente Gaspio González y Lisa Cristino, esta última una de las hijas de María Cristino, súbdita estadounidense.

Voluntarios de la Cruz Roja y soldados de la base aérea de Málaga trabajaron de forma ejemplar en las tareas de identificación. Bisturí en mano, seccionaron de los cadáveres las prótesis y denitaduras en condiciones de permitir el reconocimiento, así como objetos de oro y plata y restos de ropa. Al periodista de la agencia Efe Manuel de Dompablo, se le identificó rápidamente por el anillo que llevaba en uno de sus dedos, en el que estaba grabada la fecha de su boda.

La caja negra principal, la fly recorder, fue enviada ayer a Madrid. El PAIS ha podido saber que en los próximos días miembros de la comisión oficial de investigación viajarán a Estados Unidos con este aparato para que su contenido pueda ser interpretado con medios técnicos más sofisticados de los que posee la Subsecretaría de Aviación Civil. Un portavoz de esta comisión que confirmó que tanto esta caja negra como la voice recorder se hallaban en perfectas condiciones, señaló que el hecho de su traslado a Estados Unidos no significaba que en España no hubiese expertos cualificados para leer los datos de este instrumento, aunque sí señaló que los medios técnicos podrían ser insuficientes.

Aún permanecen en Málaga, en un hotel, treinta supervivientes del avión siniestrado. Una buena parte de éstos se niega a volver a subir en un avión, por lo que Spantax les facilitará pasajes de barco para regresar a los Estados Unidos.

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