El preso que se casó después de 52 días de huelga de hambre
La de José Povedano es una auténtica historia de amor. Preso en el penal de Lérida, consiguió, después de 52 días de huelga de hambre, salir de la cárcel para casarse con su novia. Su protesta fue, además, compensada con una pequeña propina: cuarenta y ocho horas de luna de miel.
La ambición de José Povedano, un recluso de cuarenta años, sólo consistía en poder salir de la prisión de Lérida en la que permanece recluido para casarse. Su primera petición fue denegada por la dirección del centro penitenciario y Povedano decidió ser más drástico; 52 días de huelga de hambre para protestar por dicha negativa terminaron por ablandar el corazón del juez de vigilancia penitenciaria de Barcelona, que concedió al recluso dos días para celebrar su boda, excediéndose así a la petición de Povedano, que en principio sólo pretendía conseguir unas veinticuatro horas.Esta se celebró, por fin, en las dependencias del juzgado de Lérida el pasado viernes. A las doce en punto de la mañana un Seat 128 de color blanco aparcó delante del juzgado y de él salieron José Povedano y su novia Mercedes Clarasó visiblemente satisfechos y«dispuestos a celebrar el feliz acontecimiento. Al mismo tiempo, en la acera de enfrente, se estacionaban dos furgones y un coche patrulla de la Policía Nacional, del que descendieron cinco policías. Dos de ellos acompañaron la comitiva mientras que los tres restantes montaban guardia en torno a los vehículos. A las puertas del juzgado esperaba a los escoltados novios una treintena de personas, entre las cuales estaba la madre del novio que, según declaró a este periódico, le resultaba bastante triste que los padres de Mercedes no acudieran a la boda.
Mercedes Clarasó conoció al que ahora es su marido por carta, cuando éste mantenía otra huelga de hambre para conseguir que fuera trasladado de la prisión de Córdoba a la del Puerto de Santa María. Ahora, Mercedes Clarasó reside en Cervera (Lérida), a donde se trasladó a consecuencia de las desavenencias con sus padres, que se oponían tajantemente a la boda. Estos, seguramente, no quieren aceptar a un yerno que arrastra un amplio historial de antecedentes penales. José Povedano pasó su infancia en reformatorios, desertó de la legión y huyó al extranjero. En París estuvo preso en la penitenciaría de La Santé y en España ha estado recluido en numerosos penales: Carabanchel, Sevilla, Puerto de Santa María, Dueso (Santander), Burgos y Lérida, donde fue trasladado últimamente. Mercedes Clarasó, por su parte, trabaja en Tárrega (Lérida) como administrativa en una empresa privada.
Con todas las circunstancias en contra, José y Mercedes consiguieron casarse y disfrutar de una corta luna de miel de cuarenta y ocho horas -según rumores, en el hostal Condes de Urgel de Lérida- tras las cuales, el novio tuvo que regresar a la prisión.
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