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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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Antiartículo

Espero que haya comprendido Fraga Iribarne hace mucho que cuando le llamo Fragabarne no estoy cayendo en caricaturismo, sino que resumo en sus propios apellidos la manera que tiene de comerse las sílabas, y él ha confesado recientemente que está tomando lecciones para hablar despacio.Así, Fraga, que es el político que hace más cosas a la vez, nunca ha pegado el salto cualitativo y kierkegaardiano de la cantidad a la calidad, porque sus artículos de Prensa, un suponer, siguen siendo tan malos de estilo y arbitrarios de ideas como siempre. En el último que ha publicado, hace muy poco, tras dedicar un largo introito a persuadimos de que la vida humana cambia con las células (profunda obviedad que a él no le ha cambiado nada), dice: "Podemos influir, hasta cierto punto, en el ser de una persona, a través de la gimnasia, de la educación, de los viajes". Comprendo que cuando no se tiene otra arma que la gimnasia para cambiar el "mundo / cambiar la vida" (Marx / Rimbaud), don Manuel, es mejor dejar el Universo y el Obradoiro de Santiago (que usted cita expresamente) como están. Los viejos utopistas creen que a las personas las cambian los grandes ideólogos. Don Manuel escribe que lo único que puede incidir un poco en el personal es la gimnasia, a más de un floreado de educación y un reborde lírico de viajes. Esta tesis, por lo demás, se contradice con su tesis / obviedad anterior de que cambiamos constantemente, pero se ve que Fraga dicta sus artículos, o, en todo caso, el resultado es como si los dictase.

La tesis central de Fraga, para defender su conservatismo / reaccionarismo, es que no hay que tocar el Obradoiro ni la Plaza Mayor de Salamanca, sitios en los que ni siquiera Ruiz-Mateos había pensado levantar un rascacielos. Por otra parte, Fraga debe recordar que, en el cuarentañismo, a la plaza salmantina se le quitó el noble embaldosado para cubrirla de cemento autárquico. Fraga cuenta que ha estado en Colombia y que Belisario Betancur tiene en su Gobierno "no pocos liberales", lo cual le parece ya a Fraga el demasiado too much. Pero no explica nuestro político por qué Gabriel García Márquez, el escritor más grande de Colombia, anda huido de su país y de tanta liberté. "De momento, lo que sabemos, lo que sabe todo el mundo, es que se puede cambiar a más terrorismo, a más delincuencia, a más pomografía, a más inflación a más déficit, a más endeudamiento, a más paro". ¿Y qué nos ofrece Fraga contra semejante milenio / muestrario de males? La gimnasia como todo programa de Gobierno. A propósito de contaminaciones, el articulista establece una oposición entre "ciertas y alegadas", como si las alegadas no pudieran ser ciertas, lo que resulta que el memorión Fraga tampoco sabe gramática. Dice que hay que reformar las escuelas y la Corona. No sé si es que quiere enseñar aritmética de conjuntos en La Zarzuela. (A estas alturas parece un poco olvidado de la gimnasia.) Reprocha al socialismo que no sea el tradicional, pero si fuese el tradicional le reprocharía no haber cambiado, supongo. "Tendremos más divorcio y más aborto". Más aborto sobre todo, don Manuel, si las gestantes hacen tanta gimnasia como usted quiere. Dice, ya al final, que el modelo es Portugal, y no Francia. 0 sea, que ofrece a los españoles la miseria del Alentejo, y no el dioríssimo de los Campos Elíseos.

Uno, que se acerca todas las mañanas tembloroso a escribir el artículo de cada día, como si fuese el primero, tras un cuarto de siglo especializado en este soneto del periodismo, no, tiene nada político que reprocharle a Fraga. Pero usted, don Manuel, tan conservador, tío, aprenda a conservar un género periodístico tan noble: no escriba artículos.

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