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Mayor justicia redistributiva, política prioritaria de empleo y mantenimiento del poder adquisitivo, objetivos de UGT

La creación de un impuesto especial para el empleo, la flexibilización de las tasas de interés, la reducción de la jornada laboral y de la edad de jubilación y el establecimiento de un seguro de desempleo con carácter indefinido, junto con una mayor justicia redistributiva de las rentas, son algunos de los puntos en que se basa el programa económico de UGT, que ayer presentó su secretario general, Nicolás Redondo, y cuyo cumplimiento exigirá el sindicato "a cualquier Gobierno que salga de las urnas".

El plan de UGT, denominado Líneas básicas para un programa de reformas frente al paro y la crisis, será discutido con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) el próximo día 13 y, según reiteró Nicolás Redondo durante el acto de presentación, abarca los puntos básicos que UGT defenderá ante cualquier Gobierno. Nicolás Redondo señaló que estas propuestas económicas "han sido relativamente bien acogidas en el seno del PSOE, pero que, en todo caso, se trata de objetivos irrenunciables".El documento, que arranca haciendo un análisis de la situación económica y social, divide en tres grandes apartados las reformas propugnadas por la central socialista. En el primero sitúa una serie de medidas destinadas a fomentar el empleo. Y, en este sentido, destaca la creación de un fondo de inversión, financiado en base a un impuesto especial, cuyas características y alcance no fueron especificados.

Asimismo, UGT propone ayudas a la pequeña y mediana empresa y reducción de las tasas de interés, el control de precios, la lucha contra el fraude fiscal, que representa "una cifra de 500.000 millones de pesetas cada año", y la reforma financiera de la Seguridad Social. Por lo que se refiere a aspectos estrictamente laborales, el programa recoge, entre otras cosas, la reducción de la edad de jubilación en forma inmediata a los 64 años y el adelantamiento progresivo hasta llegar al tope de los sesenta años, y la jornada de cuarenta horas semanales como primer paso para el objetivo de las 35 horas.

Subsidio de paro indefinido

El segundo de los grandes objetivos, la protección y el bienestar social, se abre con la necesidad de reformar la Ley Básica de Empleo, ampliando los plazos del derecho a la prestación por desempleo de seis a veinticuatro meses y el establecimiento de un subsidio indefinido de carácter asistencial para todos los trabajadores que, teniendo cargas familiares, estén en el paro. La revalorización de las pensiones en base al porcentaje de evolución del salario mínimo y la plena escolarización de la población en edad escolar hasta los dieciséis años, son otros de los puntos propugnados por UGT.

El último de los capítulos del programa, denominado democracia industrial, contempla once puntos que en su mayor parte se refieren al desarrollo de la acción sindical en las empresas, reconocimiento de las secciones y delegados sindicales, aceptación de la capacidad de los sindicatos para negociar convenios a todos los niveles, derecho a coparticipación de los trabajadores en la empresa, sustitución de las ordenanzas laborales, etcétera. Finalmente, subrayó que UGT defendería el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios en la próxima negociación colectiva.

Nicolás Redondo, que estuvo acompañado por los más destacados dirigentes de la ejecutiva de UGT, afirmó que el programa había sido elaborado independientemente del partido y aseguró que ignoraba qué puntos serían asumidos por el PSOE y cuáles serían objeto de negociación entre las partes. "En cualquier caso", dijo, "el programa ha sido estudiado al detalle por el sindicato y creemos que un Gobierno socialista podría llevarlo a la práctica".

Rechazó las objeciones hechas por alguno de los periodistas sobre el riesgo de que su aplicación supusiera un incremento del déficit público, y señaló que hasta ahora no se había planteado estudiar el programa conjuntamente con la otra confederación sindical, CC OO. Redondo mostró su negativa a ser ministro en un posible gobierno socialista y terminó reiterando que el programa sería presentado a cualquier Gobierno que saliera de las urnas, incluido el PSOE. "Una victoria del partido socialista", insistió, "no va a hacernos cambiar nuestra estrategia ni va a frenar las reivindicaciones derivadas de la misma".

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