Los trabajadores nortemericanos, contra la política de Reagan
La celebración en Estados Unidos del centenario del Día del Trabajo (Labor Day) coincidió con espectaculares manifestaciones sindicales contra la política economía de la Administración Reagan o el contexto de un país afectado por la recesión económica y por un índíce de desempleo del 9,8%, que totaliza unos once millones de parados.El presidente Reagan, desde su rancho de Santa Bárbara (California), donde pasó unos días de vacaciones, envió un mensaje radiofónico a la nación pidiendo confianza en la recuperación de la economía norteamericana. Reagan evitó citar el problema del desempleo.
Por su parte, los principales líderes sindicales, el presidente de la federación AFL-CIO, Lane Kirkland, y del Sindicato del Automóvil (UAW), Douglas Fraser, fueron muy críticos con el programa económico de Reagan. "Hay que cambiar completamente la política económica de esta Administración dijo Fraser.
El paro, problema número uno
Los responsables de las organizaciones sindicales norteamericanas que reúnen a unos catorce millones de trabajadores, denunciaron también la ineficacia de la Administración Reagan para controlar la invasión de productos importados, japoneses en particular. "Mientras que Japón absorbe el 30% del mercado norteamericano del automóvil, rechaza la compra de cítricos, carne y tabaco norteamericano", apuntó Douglas Fraser."Uno de nuestros grandes problemas", afirmó Kirkland en una entrevista difundida por televisión, "es el mercantilismo rampante de nuestros pretendidos socios comerciales".
Fraser recordó, en relación con todo esto, una proposición de ley, depositada en el Congreso, según la cual los fabricantes extranjeros de automóviles invertirán en Estados Unidos cuando sus ventas superen un cierto techo. "Queremos que los japoneses inviertan donde está su mercado, y creen empleo donde vendan", afirmó.
El paro continúa siendo el principal problema para los estrategas de la doctrina denominada raeganomics, basada en un estímulo de la oferta para activar la economía. Por otro lado, los últimos índicadores para superar la crisis son positivos, sobre todo la espectacular reacción de la bolsa neoyorquina que, en las dos últimas semanas, subió 150 puntos en el índice Dow Jones, fruto de la desescalada de los tipos de interés preferente (prime rate), situados en el 13,5%, que abaratan el precio del dinero y estimulan la inversión.
Queda por demostrar si los factores positivos de la reactivación económica, que podrían ser pasajeros, serán suficientes para que baje la tasa de desempleo en fechas próximas. A menos de dos meses de las elecciones, para renovar la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, el 2 de noviembre próximo, la Casa Blanca confía en dar un giro a la situación.
De lo contrario corre el peligro de perder la casi totalidad del apoyo del voto sindical, tradicionalmente prodemocratá, a pesar de que el 40% de trabajadores sindicados votó por el presidente Ronald Reagan en la última elección presidencial.
Los trabajadores confiaban, por aquel entonces, en una recuperación económica que no acaba de llegar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.