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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La entrevista a Thuillier

No me mueve la menor Intención de entablar una polémica con el prestigioso profesor P. Thuillier, gran conocedor de la figura de Ch. R. Darwin. Sí deseo, en cambio, hacer algunas puntualizaciones a la entrevista que, con fecha 20 de agosto de 1982, publicó su diario.Bajo un titular que adolece de cierto sensacionalismo, el señor Thuillier nos brindó frases tan genuinamente lapidarias como "Sus proyectos fueron siempre más filosóficos que científicos", o "...la piedra de toque fue, evidentemente, el ser humano".

A mi juicio, el epistemólogo francés peca de reduccionista. Algo impropio de su condición, pues puede haber confundido, más que clarificado.

Todos sabemos que la sociedad británica del siglo XIX, vanguardia de la ciencia natural de la época y de fuerte adscripción a las tesis creacionistas, impregnó de prejuicios bíblicos al joven Darwin (hecho perfectamente comprensible. Científicos de gran altura, como Agassiz, en América, y Owen, en el Reino Unido, no renunciaron jamás a tales creencias). Es sabido también que, tras el célebre viaje a bordo del buque Beagle, operó un cambio en sus creencias religiosas. Darwin, alentado por el increíble rigor lógico de su trabajo experimental y teórico, alcanzó posiciones agnósticas (o, tal vez, ateas, si valoramos la censura que la propia familia aplicó a su autobiografía). La actitud refractaria, con frecuencia hostil, con que la comunidad científica, el estrato burgués y el clero acogieron sus postulados aconsejó cautela y mesura en la divulgación. Es obvio, pues, que disimulara su materialismo.

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El señor Thuillier sabe que todas las extrapolaciones del pensamiento de Darwin al campo social -desde el darwinismo social de Spencer hasta la moderna sociobiología de Wilson o Dawkinshan caído en pozos discursivos de frágiles interpretaciones y oscuros corolarios ideológicos. Concebir el trabajo de Darwin como proyectivo (es decir, persigue un fin, etcétera) en el marco filosófico, me parece distorsionar las cosas.

Hace poco publicó un artículo P. Thuillier en Mundo Científico, número 12, marzo de 1982, en el que afirmaba que, a través de las múltiples actualizaciones de la teoría de Darwin, ésta había evolucionado tanto que se ha hecho irreconocible. /

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