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Movimientos especulativos sobre el franco francés

La disminución de los tipos de interés en Estados Unidos ha arrastrado una consecuencia inesperada para la economía francesa, que tiene que enfrentarse a un nuevo debilitamiento del franco, vulnerado ante los ataques de los especulares que se fijan en las monedas fuertes europeas, en especial el marco. A pesar de que el Banco de Francia ha mantenido una cierta reserva sobre el volumen de sus operaciones en estos últimos días, en medios financieros franceses se estima que tuvo que comprar divisas extranjeras por valor de sete cientos millones de francos, a los que habría que añadir las cantida des aportadas por otra serie de bancos centrales en el marco de solidaridad que requiere el funcionamiento del sistema monetario europeo (SME).

Desmentida la devaluación

El marco alemán, con un cambio de 2,81 francos por marco, se encuentra a ocho céntimos de su límite máximo dentro de los márgenes del sistema monetario europeo y a cuatro céntimos de su nivel mínimo, aunque esta última cifra tiene poca importancia, ya que la devaluación de la moneda gala tuvo lugar hace apenas dos meses. Durante esta situación no faltaron los rumores sobre una próxima devaluación del franco acompañados, incluso, de otros que especulaban con la posibilidad de una retirada del franco del sistema monetario.El desmentido del ministro francés de Finanzas, Jacques Delors, sobre ambos aspectos, si bien parece haber tranquilizado a los que pensaban en una posible retirada del SME, no ha causado los mismos efectos sobre las tensiones especulativas sobre el cambio de la moneda y, de esta forma, en el mercado de cambios de París el marco pasó ayer de 2,8147 francos a 2,817, marcando el récord absoluto de su paridad con la divisa francesa.

Las tensiones especulativas entre el monedas de Alemania y Francia se ven favorecidas por los resultados de la balanza comercial, claramente desfavorables para la industria gala por falta de competitividad frente a las plantas y empresas de la República Federal de Alemania.

Las opiniones sobre el envejecimiento de la industria francesa se han acentuado en las últimas semanas, al ponerse de manifiesto el desequilibrio existente entre los dividendos repartidos por las empresas y las sumas destinadas a aumentos de capital.

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