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Grave preocupación en la República Federal de Alemania por las cifras de paro

Todos hablan hoy de paro en la República Federal de Alemania. Los últimos datos publicados por la Oficina Federal del Trabajo de Nuremberg -1.757.000 personas o el 7,2% de la población activa- son los más altos que se recuerdan en relación con un mes de julio desde que aparecieron, en 1950, las primeras estadísticas al respecto.

Aquel mes de julio de la posguerra, las personas sin trabajo oficialmente censadas sumaban 1.739.000, lo que, debido a la menor población laboral de entonces, representaba un 10,2% del total.La cota máxima de desempleo en la República Federal de Alemania se alcanzó, sin embargo, en enero de este mismo año, con un total de 1.950.000 personas sin trabajo, o sea, un 8,2% de la población activa, cifra que bajó en junio a 1.650.000 personas, un 6,8% del total.

Todos los expertos coinciden en que el incremento alarmante del paro, que ha sido de un 6,5% con respecto al índice de junio, se debe a dos factores fundamentales: la débil coyuntura económica, que el canciller Helmut Schmidt no se cansa de atribuir sobre todo a la política de altos intereses norteamericana, por un lado, y la llegada al mercado del trabajo de un número cada vez mayor de jóvenes, por otro.

En un 25% ha crecido en un solo mes el número de jóvenes que buscaban su primer empleo, y la situación es aún más negativa para los hijos de trabajadores inmigrantes; pero -como no hay prácticamente sector que se salve- también los minusválidos, a los que últimamente se les habían abierto aquí las puertas en muchas empresas, encuentran cada vez mayores dificultades para colocarse.

Prueba de la débil coyuntura es el hecho de que el número de puestos disponibles -es decir, sin cubrir- en los distintos sectores era, a finales; del pasado julio, de sólo 106.400, lo que representa también un récord negativo desde los años cincuenta.

16 personas luchan por cada puesto de trabajo

Esta situación, en la que más de dieciséis personas han de competir por un solo puesto de trabajo, se vuelve cada vez más intolerable, en opinión de los sindicatos. Porque a la falta de estímulos ínversores en el sector privado se suman unas inversiones insuficientes del sector público, por culpa de los tan criticados programas de ahorro de la actual coalición socialdemócrata liberal, que los sindicatos, califican de antisociales.En la actualidad, en algunas zonas de la industriosa cuenca del Ruhr se han llegado a alcanzar índices extremos de hasta un 16%, que recuerdan a los de la Europa mediterránea.

Mientras tanto, todos los partidos han mostrado su inquietud por la situación en el mercado de trabajo, y algunos dirigentes de la oposición conservadora han exigido la dimisión de Helmut Schmidt para evitar "mayores males al pueblo alemán".

En medio de tan desolador programa, el director de la Oficina Federal del Trabajo, Josef Stingl, ha detectado alguna señal esperanzadora: así, por ejemplo, el índice de aumento del desempleo entre junio y junio -del 6,5%, según se ha señalado arriba- fue claramente inferior al registrado entre los mismos meses en 1981: un 10,7%.

La crisis de AEG

Por si esta situación no fuera suficiente, el Gobierno de Bonn se enfrenta con la delicada crisis que atraviesa la empresa, AEG-Telefunken sobre la que se debatirán distintas alternativas el próximo lunes y, en las que participarán, por una parte, los miembros del nuevo consejo de supervisión de la citada compañía y, de otra, los representantes de veinticinco bancos.Según Comtelsa, el consejo supervisor analizará la situación global de la empresa, mientras que, por parte bancaria, se podría examinar la propuesta de Grunding AG para asumir el control de la parte del negocio de AEG destinada a la fabricación de electrodomésticos.

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