Los Guardianes de la Revolución, punta de lanza iraní en la ofensiva contra Irak
Gran parte del protagonismo bélico iraní en su guerra contra Irak corresponde a los Guardianes de la Revolución (pasdaran), una organización nombrada repetidamente, pero muy desconocida dentro y fuera de Irán. Los Guardianes de la Revolución constituyen un verdadero ejército regular, contrariamente a lo que se cree. En sus filas existen únicamente dos grados: comandante y soldado raso. No visten uniformemente, pero observan estrictas pautas de disciplina.
ENVIADO ESPECIALNutrido por unos 150.000 hombres cuyas edades oscilan entre los quince y los treinta años, con excepciones por arriba y por abajo de esta edad, sus miembros están profesionalizados, si bien también incluyen voluntarios.
Un pasdaran puede percibir mensualmente tinos 20.000 riales (unas 22.000 pesetas), y los jóvenes adscritos a esta organización se ven exentos de cumplir el servicio militar.
Sus funciones son, fundamentalmente, ideológicas y militares.
Desempeñan, igualmente, tareas de corte similar a las de la policía y tienen sedes por todo el país, donde puede vérseles con sus inconfundibles fusiles ametralladores Kalachnikov.
Provistos generalmente de armas ligeras, en el frente de batalla, donde los pasdaran han acudido en legión desde el comienzo de la guerra, han llegado a crear una división que cuenta con artillería propia y carros de combate capturados al enemigo.
Para incorporarse a los Guardianes de la Revolución hay que solicitarlo en cualquiera de las miles de sedes que tienen en Irán. La solicitud habrá de ir acompañada por el aval de dos personas de conducta honesta probada.
Luego, el candidato tendrá que efectuar un examen político-ideológico y, si lo supera, recibirá entrenamiento militar y será instruido políticamente. La Guardia Revolucionaria iraní es una organización completamente islamizada. Depende directamente del imán Jomeini, jefe supremo de las fuerzas armadas iraníes, que le atribuye una importancia muy grande.
Los pasdaran cuentan con una organización administrativa propia y reciben dotaciones presupuestarias del Gobierno de Teherán, que acaba de anunciar su próxima conversión en un ministerio. Sus estatutos están siendo estudiados por el Majlis Majlis, pero es casi seguro que esta entidad conserve la autonomía de la que siempre ha gozado desde su fundación.
Infiltración en la Guardia Imperial
Creada formalmente en febrero de 1979, antes de esta fecha la resistencia islámica consiguió infiltrar en el seno de la Guardia Imperial del sha algunos de sus mejores hombres, como Yusuf Jolahduz, oficial de los inmortales, quien desde dentro de la guardia pretoriana del monarca derrocado logró neutralizar algunas operaciones, represivas contra el pueblo de Teherán.
Joladuz, que consiguió luego que ex oficiales de la Guardia Imperial, ganados para la causa del Islam, entrenaran a los primeros pasdaran, murió en un atentado registrado en las inmediaciones de Teherán al hacer explosión el avión en el que viajaba junto al ministro iraní de Defensa, Mussa Nanijoy, y otros altos oficiales. Jolahduz era, a la sazón, segundo jefe de los pasdaran.
El jefe actual de los Guardianes de la Revolución -es Mohsen Rezai, de veintiocho años, ex estudiante de la facultad de Ciencia y Técnica de la Universidad de Teherán.
Rezai fue nombrado directamente por el imán Jomeini, hace ahora un año. Los pasdaran cuentan con un consejo dirigente del que forman parte, entre otros, Moshen Reza¡, su adjunto Shamkani y el ingeniero Mohamadzadeh, jefe del departamento político de la organización, y Mohsen Rafigdust, jefe del departamento de logística.
De la dirección de los pasdaran forman parte también dos representantes del imán Jomeini, los hojatoleslam Taheri y Mahallati.
Entre los miembros más conocidos de los pasdaran, junto con su líder Mohsen Reza¡, figura Rahim Safavi, jefe de las fuerzas pasdaran destacadas en el frente meridional.
De los Guardianes de la Revolución depende la Basidj Mostazzafin (Movilización de los Desheredados), que al mando del hojatoleslam Salek, y bajo la supervisión y dirección directa de Mohsen Rezal, ha desempeñado importantes tareas militares durante la liberación de Jorramshahr y en la actual ofensiva contra Irak, sobre su territorio.
Excluidos los comunistas
Hace dos meses, el fiscal general de la revolución islámica, ayatollah Mussavi Tabrizi, aseguró que todo miembro del Partido Comunista iraní (Tudeh) o del Partido Fedayin (mayoría) que se infiltrara en los pasdaran sería inmediatamente ejecutado.
Como se sabe, estos dos partidos apoyan el régimen islámico y son tolerados.
Esta advertencia del ayatollah Tabrizi parece poner en entredicho las recientes manifestaciones de dos oficiales norteamericanos en Washington, según los cuales los pasdaran estaban dominados por los comunistas y teledirigidos por Moscú. Los pasdaran cuentan con varias secciones femeninas que realizan tareas de policía femenina, vigilancia y otras similares. La Guardia Revolucionaria posee igualmente varios hospitales propios, como el de Najinihey, en el centro de Teherán, donde decenas de cirujanos y médicos adscritos a su organización atienden a los combatientes pasdaran heridos en combate.
Bisemanalmente editan su revista, Payam Engelab (El Mensaje de la revolución), que cuenta con amplia difusión y se vende al precio de cincuenta tomanes (unas setenta pesetas).
El papel desempeñado por los Guardianes de la Revolución en Irán desde los albores de la revolución ha ido de una enorme importancia en la consolidación del régimen islámico, en la lucha contra la oposición armada y en la guerra contra Irak, donde todos los observadores coinciden en señalar que los pasdaran han constituido el grueso de la infantería.
Su organización no depende del Ejército.
Sus muertos se cuentan por decenas de miles. Una parte importante de sus fundadores, como Mohamad Nontazeri, Sayyed Mohamad Bejesti y Ali Rayal, han muerto en atentados. Muy posiblemente, sin los pasdaran la revolución iraní no hubiera sido un hecho. Tampoco el actual curso de la guerra.
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