Ateneístas, insultados

Un grupo de ateneístas, ante los insultos que nos dedica el secretario de la junta de gobierno del Ateneo de Madrid en su artículo publicado en EL PAIS del día 19 de julio pasado (página 17), le rogamos encarecidamente que dé cabida en las páginas que corresponda a los párrafos siguientes.El insulto gratuito está dentro de la más pura línea de actuación de la ultraderecha española, que lo practicó cotidianamente en sus publicaciones durante los últimos cuarenta años; por tanto, conociendo bien el historial intelectual de Manrique de Lara, no nos extraña que nos llame "débiles mentales" a quienes, ante los artículos 46 y 47 del brillante proyecto de reglamento, pensemos que el Ateneo puede ser disuelto en junta general extraordinaria, "según lo decida la mitad más uno de sus socios representados". ¿Se referirá con esta figura el secretario al paquete de votos delegados que él podrá llevar en el bolsillo? ¿Por qué el proyecto exige menos requisitos para la disolución del Ateneo que la convocatoria del 20 de julio para aprobar una simple enmienda al articulado, que pide una mayoría de dos tercios? ¿No es para sospechar?

Manrique de Lara aprovecha también la ocasión para enfrentar a Manuel Azaña a los brutos comunistoides, un juicio "acaso (?) demasiado severo" para aplicarlo a los comunistas de hoy, que le ocasionan molestias en el Ateneo actual; contra tal juicio e insinuación protestan enérgicamente quienes continúan el pensamiento y la tradición de tan ilustre político e intelectual. Tampoco nos extraña la referencia a la piadosa superstición antijudaica; también pertenece al bagaje ideológico de la ultraderecha.

Por último, el secretario aprovecha para "hacer patente, a través de (su) artículo, la filosofía que inspira la actuación de la junta de gobierno". Esta declaración, que habrá sido aceptada por todos los miembros de la junta, por tanto, compromete a los señores Azcárate, Marías, Martínez Cuadrado, Induráin, etcétera, ya que, si seguimos. la terminología, no sólo tal filosofía es barata, es pedestre, y actualmente corresponde a la más genuina práctica mercantil y publicitaria: ofertar las mercancías más obsoletas y averiadas bajo un envoltorio nuevo y brillante. / y 48 firmas de ateneístas más.