Cólera y emoción en la opinión pública francesa tras el accidente que costó la vida a 44 niños
Emoción y cólera ha provocado en la opinión pública francesa el accidente de circulación que en la noche del viernes al sábado costó la vida a 44 niños que se dirigían en autocar hacia una colonia de vacaciones.
Las imágenes de los cuerpos calcinados y el dolor de los padres cuando era leída la lista de muertos han conmovido a Francia. Pero el accidente ha suscitado también indignación, y son numerosas las peticiones de que se lleve a cabo una investigación para deslindar responsabilidades.
La opinión pública se pregunta por qué fue elegido ese medio de transporte, que ofrece menos seguridad que el tren, y por qué se escogió para viajar un día de intenso tráfico, a pesar de las recomendaciones formuladas por los servicios de prevención de la circulación.
En cualquier caso, la apertura de una investigación se presenta muy difícil, debido a que los aparatos de control de los dos autocares que colisionaron resultaron totalmente calcinados y las versiones de los testigos son contradictorias. No obstante, se apunta al exceso de velocidad como posible causa de la tragedia, y desde la Prensa se piden medidas urgentes para un mayor control de la circulación.
El domingo por la mañana fue instalada la capilla ardiente en Crepy-en-Valois, localidad situada cerca de París, de donde eran orginarias la mayor parte de las víctimas.
De los 44 ataúdes alineados en el gimnasio, sólo seis llevaban los nombres de los muertos. Los otros féretros tenían un letrero con la inscripción "niño no identificado" y un número a continuación, ya que los restos carbonizados no pudieron ser reconocidos por los padres. El entierro de las víctimas se celebrará hoy.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.