El profesor Leimbach,
especialísta alemán en Cibernética y terror de las salas de juego de Europa, aterrorizó con su llegada a un casino situado de los lugares de verano más lujoso del Mediterráneo, el islote yugoeslavo de Sveti Stefan situado en el mar Adriático. En la noche del día 24 el profesor Leimbach logro ganar 11 millones de pesetas en dólares, cerrando su noche de juego con un saldo a su favor de 3 millones y medio de pesetas. Inmediatamente el director del casino pidió informes por teléfono del jugador, obteniendo la ficha del peligroso matemático. Leimbach acostumbra a dar enormes propinas a los croupiers a cambio de que éstos hagan la vista gorda ante un detalle sin excesiva importancia para el profano. Con nervios de acero el alemán acostumbra a esperar a que la ruleta pierda un poco de velocidad para hacer la apuesta y es capaz de calcular el punto donde la bola se detendrá.
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