El cañón
Bien está que en televisión tengamos que soportar a veces imágenes más que desagradables como consecuencia de una guerra; bien está que compremos un periódico y nos incluyan noticias despreciables por la existencia de un hecho bélico; y sin embargo, al excelentísimo Ayuntamiento de mi ciudad no se le ocurre cosa mejor que colocar un cañón en mitad de una plaza, para admiración del pueblo. Y le han puesto pedestal y todo. /
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