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Reportaje:

Oriente Medio se ha convertido en el principal 'mercado de origen' de la droga dura

La detención de siete ciudadanos iraníes por su presunta implicación en un delito de tráfico de heroína, comunicada ayer por la policía, parece confirmar que el comercio clandestino de droga dura ha dado un cambio radical en los últimos meses. Según datos policiales, una mayoría de los traficantes internacionales tiene esta nacionalidad, lo que parece indicar que Oriente Medio se ha convertido en la mayor zona productora. En casi todos los casos, la droga, de la especialidad conocida como brown sugar, procede de Pakistán y llega hasta España por vía aérea.

En esta ocasión figuran como principales responsables del hecho Peyman Nahavandi, de dieciocho años; Kourosh Sepehriami, de la misma edad, y Abool-Fasl Khorrmgh, de veintitrés años, aunque también han sido detenidos como presuntos cómplices otros cuatro iraníes. La policía indica que trataban de distribuir un alijo de 520 gramos de caballo marrón de gran pureza en el mercado negro de Madrid. Una vez adulterada y comercializada, esta droga habría alcanzado un valor final de casi sesenta millones de pesetas.Las tres personas citadas se habían establecido en un piso del paseo de la Dirección. Hace un mes, los funcionarios de policía de la comisaría de Tetuán habían detectado la venta de heroína en su distrito, y poco después localizaban esta vivienda y la sometían a vigilancia. También averiguaron que Nahavandi había tratado de viajar tres veces a Pakistán, país considerado como uno de los mercados de origen más activos de todo el mundo. Finalmente, fue Kourosh el que consiguió un billete en una línea aérea escandinava, y se ausentó por algún tiempo.

Unos días después llegaba al aeropuerto de Barajas, donde era esperado por sus dos compañeros. Su equipaje consistía en una mochila con efectos personales comunes. En un registro inicial, la policía encontró cien gramos de heroína repartidos entre un tubo de dentífrico y otro de crema de afeitar. En un segundo registro, fueron serradas las barras de la mochila. En una de ellas la policía halló veinte envoltorios de caballo marrón, y en la otra, polvo suelto de esta misma droga, hasta un total de 520 gramos.

Una vez consumada la detención de los presuntos traficantes, la policía incautó 700.000 pesetas en moneda extranjera, dos laboratorios portátiles para calcular el grado de pureza de la droga, balanzas de precisión y otros útiles para la manipulación y el tratamiento del caballo, cuyo valor se aproximaría a los sesenta millones de pesetas. Según fuentes policiales, esta última operación confirmaría el giro que parece haber dado el tráfico de heroína en España. Desde los primeros meses del año se ha venido observando una cierta repetición de casos de iraníes, siempre muy jóvenes, presuntamente implicados en este tipo de delito.

El 6 de abril, funcionarios de policía del equipo de la comisaría de Chamberí comunicaban la detención de siete jóvenes a quienes habían incautado 1.200 gramos de droga, por valor de unos doscientos millones de pesetas. Habían seguido un itinerario Pakistán-Moscú-Madrid. A principios de junio fueron detenidos cinco más, como responsables del traslado de una partida evaluada en diecisiete millones; el día 9, otro iraní fue sorprendido en la plaza del Dos de Mayo y a finales de mes, otros tres fueron también arrestados.

Hace sólo tres días, la Jefatura Superior de Policía de Madrid daba cuenta de la detención de otros dos iraníes relacionados con el grupo desarticulado el 6 de abril. Fuentes policiales consultadas han confirmado que, según todos los datos, los detenidos, varios de los cuales disfrutan del estatuto de refugiado político, luchan por el control del mercado de azúcar marrón en Madrid.

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