El intruso que 'visitó' en palacio a la Reina Isabel II decía ser su novio

El hombre que entró en el dormitorio de la reina de Inglaterra y se sentó junto a su cama llevaba en una mano un cenicero roto de cristal, manchado de sangre. Cuando Isabel II se despertó el viernes por la mañana, encontró a Michael Fagan, de 31 años, sentado junto a su cama y sangrando por una mano. Fagan vestía una camiseta veraniega y pantalones vaqueros.

El intruso había visitado el palacio de Buckingham al menos doce veces antes del incidente. Casado y con cuatro hijos, Fagan estaba convencido de que la reina era su novia.

Su familia dijo ayer que el inofensivo visitante de palacio abandonaba su domicilio de madrugada "para ir a visitar a su novia". Fagan es un experto en cerraduras y dispositivos electrónicos, lo que le permitió llegar fácilmente a los aposentos reales. Isabel II conservó la calma y conversó con él durante diez minutos, hasta que consiguió salir del dormitorio con el pretexto de que iba a buscarle un cigarrillo.

La esposa del visitante de palacio dijo ayer que su marido se despertaba a menudo por las noches y se iba de casa. "Nunca me decía adónde iba, pero sé que guardaba un diario, y el 2 de mayo pude ver que escribía la palabra resuelto".

La Prensa británica juzga unánimemente que el incidente pudo revestir características trágicas. En su editorial de ayer, el diario The Guardian va más allá que los demás y escribe: "Si las intenciones del intruso hubieran sido más siniestras de lo que parece, esta nación podría estar de duelo hoy".

Otro tema de inquietud: el incidente habría permanecido secreto si la Prensa no lo hubiera revelado. Las confirmaciones oficiales fueron tardías. Y todavía el lunes, el ministro del Interior, William Whitelaw, no había. proporcionado al Parlamento más que una versión muy sucinta del tema.

En los últimos doce meses ha habido otros cuatro incidentes protagonizados por intrusos en Buckingham.