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Detenidos seis carteristas y siete revendedores en el Santiago Bernabéu

Seis carteristas y siete revendedores de entradas fueron detenidos el domingo con ocasión de la final del Campeonato del Mundo de Fútbol. Sólo dos de los carteristas son de nacionalidad española. Según la policía, un grupo de tifosis italianos trató de bañarse en las fuentes públicas, y otro cortó el tráfico en la Gran Vía a primeras horas de la madrugada, pero todos se retiraron a invitación de los agentes de seguridad y, según la policía, no hubo reyertas ni incidentes graves.

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Los presuntos carteristas son Meziane Djaout, de veintiséis años, Hichan Dekar, de veinte, ambos de nacionalidad argelina; Sadok Seghaier, de veintiséis, marroquí; Abdelkrin B. Boubaker, de dieciocho, francés; Luis Alberto Jofre, de 58 años, chileno; y Manuel Castellano, de veinte años, español. Las víctimas de los robos fueron aficionados italianos y alemanes que se disponían a presenciar el partido Italia-Alemania Federal. Manuel Castellano está acusado de haber sustraído una cartera con dinero y documentación en el segundo anfiteatro del estadio Santiago Bernabéu.De las siete personas detenidas como supuestos revendedores de entradas, una, George Guignet, de 43 años, es de nacionalidad inglesa; otra, Patricia Rojas, de veintiséis años, es colombiana; y las cinco restantes, Antonio Amorós, Clemente García", Angel Luquel, María Luisa Martínez y Manuel Falero, españolas. A Antonio Amorós le fueron ocupadas veinticinco entradas, y a Clemente García, quince.

Sin incidentes graves

Poco después del partido, varios grupos de aficionados italianos intentaron bañarse en algunas fuentes públicas o en bocas de riego. A las 0.30 horas unas doscientas personas trataron de cortar el tráfico en la Gran Vía. A las 2.30, un grupo de cincuenta comenzó, a tocar los tambores en la plaza Mayor. "Sin embargo", dice la policía, "en todos estos casos no se produjo incidente de ningún tipo y sus protagonistas cesaron en ellos a la simple invitación de funcionarios policiales. Hay que resaltar el correcto comportamiento de los referidos aficionados, que en grupos numerosos celebraron la victoria de su equipo, pero sin producir daños y sin que hubiera que registrar reyerta alguna".

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