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Agrio enfrentamiento entre Rosón y Cavero por la candidatura de Ruiz-Giménez para Defensor del Pueblo

La reunión del Comité Ejecutivo de Unión de Centro Democrático (UCD) celebrada ayer mostró una vez más la división que existe en este partido, al no ponerse de acuerdo los consejeros sobre la designación de Ruiz-Giménez como Defensor del Pueblo. Tras una agria polémica mantenida entre el ministro del Interior, Juan José Rosón, y el secretario general centrista, Iñigo Cavero, quedó claro que los ucedistas votarán divididos el próximo lunes, en el Pleno del Congreso que debe refrendar el nombramiento de Joaquín Ruiz-Giménez para el mencionado cargo.

"Rosón va a por todas". Con estas palabras, pronunciadas por un destacado democristiano centrista, se intentaba resumir la actitud que mantuvo el ministro del Interior en la reunión que el Comité Ejecutivo de UCD celebró a primera hora de la mañana de ayer en el Palacio de la Moncloa. Se refería este democristiano, entre otras cosas, al firme rechazo de Rosón a la candidatura de Ruiz-Giménez como Defensor del Pueblo. El hecho de que éste haya sido propuesto por los socialistas, fue el argumento que con mayor énfasis empleó Rosón.Democristianos centristas aseguraban, sin embargo, que la identificación ideológica confesional de Ruiz-Giménez constituyó el verdadero telón de fondo del enfrentamiento, que culminó con una propuesta de Juan José Rosón para decidir mediante un sondeo oral entre los presentes. Cavero replicó que en un sistema democrático es preferible el voto secreto a las aclamaciones.

La conclusión de este enfrentamiento es que los 149 diputados que quedan en el grupo de UCD se dividián el lunes: suaristas y democristianos votarán a favor de Ruiz-Giménez en desacostumbrada coincidencia, mientras el resto optará por la abstención. A juzgar por este previsible reparto de votos, es todavía posible que Joaquín Ruiz Giménez sea el primer Defensor del Pueblo, gracias al apoyo del PSE, PCE, nacionalistas y parte de UCD.

Los restantes puntos previstos en el orden del día de la reunión de ayer no ofrecieron mayores complicaciones: se aprobó la sustitución de Modesto Fraile por Emilio Attard para ocupar la vicepresidencia primera del Congreso de los Diputados; también hubo acuerdo en la nominación de los vocales del Tribunal de Cuentas y se fijó para el próximo día 1 de julio la fecha de celebración de un nuevo comité ejecutivo, esta vez con un neto contenido político y, sin duda, de gran trascendencia para la recomposición futura del partido en el Gobierno.

La censura a la labor realizada por el actual director general de RTVE, Carlos Robles Piquer, que ha sido recientemente cuestionada, una vez más, por la izquierda parlamentaria y por el centrista Agustín Rodríguez Sahagún, no fue debatida en la reunión de ayer debido a que este último no compareció. Rodriguez Sahagún explicó su ausencia en que no se le avisó con tiempo.

Las posiciones de Rosón parecen confirmarle como una tercera vía entre los suaristas, que se alejan cada día más de los azules, representados por el ministro del Interior, y los llamados conservadores, opuestos al populismo predicado por Suárez. Ni unos ni otros admitirían pacíficamente un desembarco de Rosón en el partido centrista.

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Y, sin embargo, este desembarco se consideró factible y casi la única solución en determinado momento, a la vista de las aparentemente insalvables diferencias que enfrentan a los integrantes del llamado "triunvirato" (Lavilla, Suárez y Calvo Sotelo). Adolfo Suárez se muestra reticente a la hora de asistir a las reuniones de los tres dirigentes centristas, convocadas siempre por el presidente del Gobierno. Medios suaristas comentaron, no sin ironía, que en ocasiones Calvo Sotelo ha tenido que utilizar los mensáfonos de la policía de escolta para ponerse en contacto con Suárez.

Suárez dará la batalla

Siempre según estas fuentes, Adolfo Suárez radicaliza sus posturas en el seno de UCD, y todo hace temer una auténtica batalla en la reunión del Consejo Político ucedista del mes de julio. El ex presidente pretende que el partido quede reducido a un "grupo disciplinado", capaz de pactar sin algarabías, tras las elecciones, con el PSOE. "Y si para ello hay que separarse de liberales, democristianos y martinvillistas, lo haremos", dijo una fuente próxima al despacho de la calle Antonio Maura, donde Suárez tiene instalado su bufete.Resulta previsible, así, que en el mes de julio, y tras el consejo político, la actual UCD quede escindida en tres grupos distintos: los que, como Oscar Alzaga y algunos otros parlamentarios democristianos, opten por coaligarse con Manuel Fraga, para formar un bloque de derecha que se oponga electoralmente al PSOE; los que, como Adolfo Suárez, traten de formar un partido bisagra, aspirando a lograr entre treinta y cincuenta escaños en las elecciones generales, y, finalmente, quienes, como los democristianos Alvarez de Miranda e Iñigo Cavero, junto con algunos liberales, tratan de reconducir a UCD hacia un partido de corte conservador, desligado del derechismo de Fraga, en un último intento de retener para esta opción a los seguidores de Alzaga y de incorporar a la misma a los liberales extraucedistas de Garrigues. Esta tercera opción podría estar liderada -si es que éste al fin decide bajar a la arena política- por el actual presidente del Congreso, Landelino Lavilla.

Entre estas opciones quedan varios intentos, y también la figura, un tanto solitaria en la actualidad, de Leopoldo Calvo Sotelo, quien habría abandonado cualquier pretensión política poselectoral, si bien sus, simpatías actuales parecen inclinarle hacia la opción conservadora que predican democristianos y liberales.

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