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El Gobierno, profundamente dividido sobre la permanencia de Carlos Robles Piquer al frente de RTVE

Los ministros de] Gobierno se encuentran divididos respecto a la permanencia en el cargo del director general de Radiotelevisión Española, Carlos Robles Piquer. Esa misma división se hace patente en UCD, aunque los miembros centristas del Consejo de Administración desmintieron ayer, en una nota, que existan discrepancias entre ellos, sobre este punto ni sobre cualquier otro. El Gobierno, estuvo durante toda la jornada de ayer buscando alguna fórmula que le permita aplazar el debate parlamentario sobre la gestión de Robles Piquer, previsto para hoy, martes.

Esta fórmula, según pudo saber este periódico en fuentes solventes, era, al menos hasta ayer tarde, la de presentar el Gobierno una nueva moción a la Cámara, en la que se especifique que el Parlamento no tiene competencias para pronunciarse sobre el cese del director general de RTVE -el Estatuto del medio establece que este tipo de decisiones competen exclusivamente al presidente del Gobierno, y al Consejo de Administración el hecho de proponer el cese-, y, por lo tanto, cualquier debate sobre el tema se consideraría una "injerencia" del Parlamento en los derechos exclusivos del Gobierno.La presentación de esta contramoción, que el presidente del Grupo Parlamentario Centrista, Jaime Lamo de Espinosa, estaba ultimando ayer, tiene que someterse a la aprobación de la Cámara y, según todos los indicios, es muy probable que la perdiera el Gobierno, dada la postura unánime de socialistas y comunistas -ambos grupos parlamentarios, primero el comunista y luego el socialista, han presentado las mociones gracias a las cuales hoy se debatirá la gestión de Robles Piquer-, a la que se suman los diez parlamentarios de Acción Democrática, integrados en el Grupo Mixto y las minorías andalucista y vasca. A todo ello habría que añadir la división interna que en torno al tema existe en el grupo centrista y que será decisiva a la hora del cómputo de votos.

En esta composición de fuerzas del Congreso, la iniciativa gubernamental destinada a aplazar el debate, está condenada al fracaso a priori. Sin embargo, parece ser que esta fórmula es un empeño personal del presidente Calvo Sotelo, que ayer preparó el pleno de hoy con sus más directos colaboradores.

División en UCD y el Gobierno

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En cualquier caso, al margen de que al final se opte o no por presentar esta contramoción, lo cierto es que existe una profunda división de opiniones en el seno del Gobierno, algunos de cuyos miembros, identificados con las corrientes suarista, martinvillista y socialdemócrata, se han manifestado tanto en público como en privado en contra de la gestión del actual director general de RTVE, por considerar que beneficia al partido de su cuñado, Manuel Fraga. El ala democristiana centrista y, muy especialmente, el presidente del Gobierno y de UCD, Leopoldo Calvo Sotelo, son quienes se muestran partidarios de aplazar la moción, y, ante el previsible caso de no conseguirlo, mantener a Robles en su puesto, diga lo que diga la Cámara baja.

Un amplio sector de UCD, formado por los grupos menos conservadores ya mencionados, participa de la estrategia común de la izquierda de forzar moralmente la dimisión de Robles Piquer, ya que esta competencia testimonial es la única que el Estatuto del Ente público le otorga al Parlamento. El objetivo común de estos grupos de UCD, cuyo telón de fondo no es otro que las alianzas futuras para las elecciones de 1983, es "cortarle las alas a Fraga", en palabras de un destacado diputado miembro del Gobierno, para evitar la bipolarización política entre Alianza Popular y el PSOE y dejar libre un espacio político para el centro.

Se cree que, en caso de llegarse hoy a una votación sobre el tema, los centristas de Cataluña darían libertad de voto a sus parlamentarios, y que al menos algunos suaristas, rriartinvillistas y socialdemócratas se ausentarían de la Cámara. El diputado centrista Lorenzo Olarte, martinvillista, solicitó recientemente un debate sobre la gestión de Robles Piquer, lo que constituye, a ojos de los observadores, una clara muestra del rechazo que este sector de UCD muestra hacia el actual director general de RTVE. Un ministro admitió ayer que parte del Gabinete desea el cese de Robles Piquer, "pero la mejor manera de lograrlo sería ganando nosotros la votación. Lo contrario, significaría un peligroso precedente de reprobación de funcionarios de la Administración".

Será el presidente del Congreso, Landelino Lavilla, quien, en la reunión de la Mesa de esta mañana, decidirá si las mociones comunista y socialista sobre la gestión de Robles Piquer se incluyen en el orden del día del pleno de esta tarde. Si Lavilla decidiese no incluirlas, lo más probable es que sean comunistas y socialistas quienes planteen el tema al comienzo de la sesión plenaria, como cuestión de orden. En ese caso, deberá realizarse una primeria votación acerca de si se pasa a discutir la moción.

Los centristas aseguran que no están divididos

Por su parte, los seis representantes centristas en el Consejo de RTVE envió;anoche un télex a este periódico, en el que textualmente dicen: "La información que el diario El, PAIS del pasado día 13 (página 21) publicaba en torno a las supuestas divisiones de los seis consejeros centristas en el Consejo de Administración de Radiotelevisión Española, constituye un ejercicio de voluntarismo político muy distante de la objetividad informativa que tan celesamente dice defender el mismo diario cuando denuncia a RTVE. El sorprendente titular: 'División entre los centristas del Consejo de RTVE sobre la gestión del director general' encabeza una información en que se lee: 'Aunque ninguno de ellos ratifique ese disenso interno'. Las declaraciones de los consejros centristas en dicha información van precisamente en la dirección opuesta a la que el titular indica: unidad de criterio y actuación solidaria. No se ha producido, por otra parte, un solo supuesto a lo largo de los dieciséis meses de funcionamiento del consejo en que el grupo centrista haya dejado de producirse unánimemente ante las diversas cuestiones que se han planteado. Por tanto, la supuesta división, que no corroboran las palabras de los interesados, y que desmienten sus hechos, no tiene existencia real.

Firmado: José María Alvarez del Manzano, Miguel Domenech, José Antonio Escudero, Antonio del Olmo, Carlos Plaza y José Ignacio Wert".

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