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Continúan las tensiones al alza de los tipos de interés

Tanto en círculos de la Administración como de las instituciones financieras privadas se da por seguro que en las próximas semanas habrá tensiones al alza en los tipos de interés, lo mismo que las ha habido en el último mes y medio. Avalan estas tesis el creciente déficit del sector público, y su necesidad de financiación mediante apelación directa al Banco de España, así como el recrudecimiento de las tensiones inflacionistas.

En los últimos días, en el marco de la asamblea de las cajas de ahorro, tanto el subsecretario de Economía, José Enrique García Romeu, como el gobernador del Banco de España, José Ramón Alvárez Rendueles, han avisado que la Administración no va a dudar en emplear todos los medios a su alcance para impedir esta progresión al alza de los tipos de interés internos que contrastan con una cierta evolución a la baja que se está produciendo en los mercados internacionales.Por orden cronológico, Alvárez Rendueles afirmó que "no hay que descartar que en el futuro sea preciso acudir a instrumentos tradicionales de reducción de la liquidez, pues el Banco de España está firmemente decidido a conseguir, tras un proceso de ajuste gradual, la vuelta a la senda de objetivos y terminar el año con la expansión monetaria prevista".

García Romeu, por su lado, señaló en la clausura de la asamblea de las cajas de ahorro que "el Gobierno reducirá las presiones que impulsan el alza de los tipos de interés con una adecuada contención del déficit del sector público y la preservación de los logros alcanzados en el frente de la inflación".

En opinión de instituciones financieras privadas, las actuales tensiones al alza en el precio del dinero en el mercado nacional se debe esencialmente a tres factores: las cuantiosas necesidades financieras promovidas por el creciente déficit del sector Público, el deseo del Banco de España de aminorar el ritmo de crecimiento de las disponibilidades líquidas y las perspectivas de emisión de los casi 150.000 millones de pesetas en pagarés del Tesoro que todavía quedan por colocar dentro de las previsiones gubernamentales.

El déficit público, principal protagonista

Según el informe de coyuntura monetaria del servicio de estudios del Banco de Bilbao, "el gran protagonista del primer cuatrimestre del año ha sido el déficit del sector público, cuyas intensas necesidades financieras han sido las que han acelerado el avance de las disponibilidades líquidas", señalando como nota más destacada el hecho de que el Tesoro ha aumentado el recurso al Banco de España en este mismo periodo en casi 410.000 millones de pesetas, cifra que supera sensiblemente la presupuestada para el conjunto del año que era de 360.000 millones. El total de déficit público previsto para el conjunto del año se situaba, en los Presupuestos Generales del Estado para 1982, en 700.000 millones de los que la mitad se obtendrían mediante apelación al Banco de España y el resto procedería de emisiones de deuda pública interna, a corto y medio plazo, y de operaciones en el exterior.

El calendario de estas últimas parece estar cumpliéndose bien. El pasado día 10 se cerró la primera emisión de deuda pública a medio plazo, tres o cinco años de amortización, por valor de 40.000 millones de pesetas. Esta emisión fue asegurada por los ocho grandes bancos y su grado de aceptación entre el público no interesa de forma sustancial para la financiación del déficit ya que son fondos que en cualquier caso tendrá el Estado a su disposición.

No ocurre lo mismo con las emisiones de pagarés del Tesoro, o deuda pública a corto plazo, que no fue asegurada por la banca tras una dura batalla y que en un primer momento se consideró había ganado la Administración, aunque en estos momentos se empieza a considerar lo contrario.

Las cuatro subastas de pagarés han mostrado una necesidad de incrementar paulatinamente los precios a que se venden y a pesar de ello las ofertas del público siguen sin aparecer en cuantía suficiente como para que se puedan cumplir las previsiones de emitir títulos por valor de 150.000 millones de pesetas.

El resto de los recursos financieros necesarios para hacer frente al déficit del sector público se obtiene mediante la apelación al Banco de España que, a su vez, lo saca a partir de operaciones de drenaje de liquidez del sistema monetario a través de los certificados de regulación monetaria recientemente puestos en circulación y que sustituyen a los bonos y certificados de depósitos. Lo primero que sorprende, tanto al público en general como a las instituciones financieras privadas, es el hecho de que los tipos a que se colocan los pagarés del Tesoro y los certificados de regulación monetaria son distintos para plazos similares. Esta diferencia pretende ser explicada por las distintas funciones que cada uno de los instrumentos Financieros debe cumplir.

Asi, se dice que los»pagarés sirven principalmente para financiar el déficit, y solo en segundo lugar para controlar el crecimiento de la masa monetaria puesta en circulación, mientras que los certificados de regulación monetaria tienen estas mismas funciones pero en sentido inverso: mayor dedicación al control monetario y secundariamente financiación del déficit.

El control monetario

Esta es la teoría pero la práctica concreta de este año al menos indica que los certificados están sirviendo lo mismo para ejercer el control monetario que para proporcionar fondos con los que financiar el déficit del sector público; además, cumplen esta segunda misión en mayor medida de lo que lo están haciendo los pagarés. La banca durante los dos últimos meses, y ante el aumento del déficit del sector público y de las tensiones inflacionistas que impulsaban al alza los tipos de interés no participaron en las subastas de pagarés del Tesoro, mostrando lo "raquíticas" que estas pueden ser si no cuentan con la participación de bancos y cajas, al tiempo que proporcionaban fondos crecientes en las subastas de certificados en la misma medida en que estos eran ofrecidos a tipos más elevados.En las subastas de certificados se ha llegado a una situación de equilibrio tras la decisión de la banca de proporcionar los fondos que se necesitaran a partir de un tipo de interés considerado por ellos como reflejo de la situación de mercado. Los pagarés, aunque han visto incrementado su tipo marginal no lo han hecho en la cuantía suficiente como para que sea atractivo. Por su lado el Banco de España ha entendido el razonamiento que hacía la banca privada y de forma progresiva fue elevando los tipos de interés de los certificados.

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