Futuro bloqueado en Polonia tras 6 meses de estado de sitio
Polonia vive, seis meses después de la declaración del estado de sitio -el 13 de diciembre pasado-, sumergida por las dificultades crecientes y frustrada en sus vanos deseos de liberalización en medio de una atmósfera de pesada hostilidad entre el poder militar y la población, que observa con angustia un porvenir aparentemente bloqueado.Además de los miles de internados, cuya ausencia se eterniza, las limitaciones impuestas por la ley marcial gravitan pesadamente sobre los polacos: toque de queda, prohibición de salir del país, teléfono, telégrafo y envío de paquetes postales al extranjero suprimidos, censura de todo tipo de reunión -incluso familiar, salvo autorización especial-, censura de correspondencia y de comunicaciones telefónicas, distribución con cuentagotas de gasolina...
Día a día, los polacos escuchan repetir que la instauración del estado de sitio el pasado 13 de diciembre ha salvado al país de la catástrofe. Como dijo el pasado lunes Boguslaw Stachura, viceministro del Interior, "el estado de sitio es un factor esencial para la estabilización de Polonia".
Los seis meses de estado de sitio y de ley marcial no han podido, empero, quebrar el sindicato Solidaridad ni a su líder, Lech Walesa, deportado el paraje más oculto y agreste del país, la reserva gubernamental de caza de Arlamowo, situada a más de 600 kilómetros de Varsovia, en la frontera polaca con Checoslovaquia y la Unión Soviética.
Pese a ello, en los campos de internamiento y en la vida política de Polonia los miembros del sindicato han intensificado sus actividades.
Fuga a Berlín
Un avión monomotor procedente de Polonia, con tres ciudadanos polacos a bordo, aterrizó ayer en el aeropuerto de la base militar norteamericana de Tempelhoff, en Berlín Occidental.
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