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Los contratistas de Lemóniz solicitan la regulación de empleo

La reunión celebrada ayer en Madrid entre representantes del Ministerio de Trabajo, del Gobierno Vasco, de las 29 empresas contratistas de las obras de Lemóniz y de las centrales sindicales UGT, CC OO y ELA-STV, para estudiar la situación de los trabajadores de las empresas que realizaban las obras de la central nuclear, concluyó sin que trascendiese más que la presentación por parte de las empresas de los correspondientes expedientes de regulación de empleo, que afectarán a más de 2.500 trabajadores.Las empresas que tenían contratos para la realización de las obras de la central nuclear propiedad de la empresa eléctrica Iberduero manifestaron que se habían visto gravemente afectadas por la paralización de la construcción de la planta nuclear por lo que se veían imposibilitadas para mantener sus actuales plantillas.

Abandono de la reunión

Por su parte, los representantes de las centrales sindicales abandonaron la reunión a los veinticinco minutos de su inicio, como protesta por el sesgo que estaban tomando las conversaciones. Los sindicalistas manifestaron al abandonar la reunión que ellos pensaban que el objeto de la convocatoria era examinar en general la situación en que quedaban los prácticamente 3.000 trabajadores de las empresas contratistas de Lemóniz, tras la paralización de las obras de construcción de la central, y hallar soluciones al problema que tenía planteamientos políticos en su origen.Sin embargo, según los representantes sindicales, el objeto prioritario de la reunión era estudiar los expedientes de regulación de empleo presentados por cada una de las veintinueve empresas, y analizar cada caso en particular, lo que correspondería a los respectivos comités de empresa.

Los mismos representantes se manifestaron en favor de dar una solución global a los 2.500 trabajadores. Según estas fuentes, al quedar suspendidos los contratos de construcción indefinidamente, los trabajadores pueden ver reducidas las prestaciones por desempleo que les corresponderían al terminar la obra.

El asesinato del ingeniero jefe de diseño de la central de Lemóniz, Angel Pascual, por la organización terrorista ETAm el pasado mes, provocó una negativa por parte de los técnicos encargados de la instalación a acudir a sus puestos de trabajo. La ausencia de los técnicos provocó que la empresa propietaria de la central, Iberduero, presentase ante el Ministerio de Industria y el Gobierno Vasco la necesidad de interrumpir la obras de la central, hasta que se encontrase alguna fórmula que permitiese su reanudación.

Las administraciones central y vasca admitieron los planteamientos de la empresa propietaria de Lemóniz y aceptaron que la paralización temporal de las obras era la única solución viable, mientras se arbitraban nuevos planteamientos.

Esta decisión representó la paralización de las obras de construcción de la planta nuclear y los posteriores expedientes de regulación de empleo de las empresas contratistas.

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