Chamartín, sitiado
Bastó que se dijera que Di Stéfano pretendía incorporar a Maradona al Real Madrid, para que el Barça amarrara la operación. Luis de Carlos afirmó, hace un mes, que el Madrid estaba sitiado por el Barcelona. Tras lo de Marcos, Julio Alberto, Alonso, Pichi Alonso y Maradona el Madrid se ve obligado a tocar generala para intentar romper el cerco. El Madrid no puede sostener con el Barcelona una lucha de igual a igual porque ha perdido la batalla de los dineros en los últimos años. El Madrid debe volver, si quiere defenderse, a su vieja política de despachos.Cuando el Barça pretendía a Cruyff y el Madrid no estaba en disposición económica de contratarle, Bernabéu retrasó la apertura de fronteras. Ahora necesitaría el Madrid a un hombre hábil, como Antonio Calderón, para evitar que Núñez, en compadreo con Porta, logre en la próxima asamblea nacional del fútbol que el cupo de extranjeros pase de dos a tres. El Barça podría renunciar a la participación de Schuster, caso de que no se recuperara del todo, porque cuenta con Maradona y Simonsen. Mas lo que pretende Núñez es jugar con los tres.
Cuanto más se abra el mercado, más diferencia existirá entre barcelonistas y madridistas. Al Madrid le queda la opción de jugar a la contra. Para no quedarse excesivamente relegado no tiene otro recurso que manejar los hilos del tinglado futbolístico y evitar el aumente, a tres extranjeros. Lo malo es que De Carlos cometió el error de despegarse de la Federación y desde la casa blanca no se tiene la capacidad maquiavélica de otros tiempos. Ya se que luego el título lo ganará la Real, pero esa es otra historia.
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