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Elecciones al Parlamento andaluz

Euforia en las bases y moderación en los dirigentes socialistas

La euforia desbordante de concejales y representantes de las agrupaciones locales, concentrados a partir de las once de la noche en la sede central del PSOE en la calle Santa Engracia de Madrid, contrastaba con la cautela de los dirigentes al referirse a la trascendencia de la victoria rotunda del partido en las elecciones andaluzas, que se daba como segura."No considerarnos que estos resultados tengan especial incidencia dentro de la política nacional. Se trata de unas elecciones regionales. No queremos hacer extrapolaciones ni sacar conclusiones apresuradas sobre las repercusiones de los resultados de las elecciones andaluzas en la política del Estado. Es hora de destacar, por encima de todo, el elevado índice de participación. El pueblo andaluz, que tantos elogios ha recibido por su firmeza en defender su autonomía, ha enterrado el desencanto, para bien de muchos y desgracia de unos cuantos involucionistas", declaraba Pedro Bofill, constituido en único portavoz del partido.

Las treinta líneas telefónicas de la sede del comité central socialista estaban bloqueadas desde las 23.30 horas en que los primeros sondeos, sobre una muestra de mil mesas electorales en toda Andalucía, daban al PSOE un porcentaje de votos capaz de permitirle gobernar en solitario. Aunque era Sevilla la sede donde se centralizaban los datos, desde la central de Madrid se proporcionaba información a todas las agrupaciones provinciales y locales de España. Socialistas de Suiza, Bélgica y Alemania llamaban también para conocer datos de la victoria socialista.

Cenas frías

En las tres primeras plantas de los locales del PSOE se habían preparado cenas frías. Carmen García Bloise, Ciriaco de Vicente y Enrique Múgica se mostraban eufóricos pero preferían remitirse a la hora de hacer declaraciones a Pedro Bofill.A media noche se descorcharon las primeras botellas de champán, mientras en masa iban aterrizando en la sede central del partido y en sus inmediaciones concejales de Madrid y de algunas localidades cercanas y representantes de las agrupaciones locales. El ambiente era de auténtica fiesta.

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