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Pobre balance semanal y mejores perspectivas para la próxima semana

La ventaja que vienen presentando en los últimos tiempos los mercados nacionales de valores es que, por su falta de mordiente, acostumbran a cumplir fielmente las previsiones que establecen los especialistas, facilitando así las decisiones de los grupos más importantes, y por tanto mejor informados. Este prólogo viene a cuento del comportamiento negativo que reflejaron las bolsas españolas como consecuencia de la zozobra que han creado las elecciones al Parlamento andaluz.La posibilidad de que a lo largo de la pasada tanda semanal se observase un predominio absoluto de las órdenes vendedoras, era una posibilidad ampliamente contemplada en las estrategias de los principales grupos que operan diariamente en el mercado de acciones. Incluso la posibilidad, casi utópica pocas semanas antes, de que el índice general de la bolsa-madrileña perdiese la mítica par, se contemplaba como una realidad muy próxima.

La única duda que aparentemente se planteaba era si los bancos apoyarían el precio de sus acciones para que no perdiesen el 300%, o si por el contrario los dejarían caer siguiendo la tendencia del mercado.

La incógnita quedó despejada en las reuniones del miércoles, cuando el Banco Popular, el menos aficionado a la alquimia previa a la publicación de los cambios, se aferraba con uñas y dientes a su 303% en el mercado madrileño, no dudando en recurrir a las mismas artimañas, comunes en el sector, que normalmente había evitado con repugnancia.

Ante esta situación se pudo percibir el mismo miércoles, una vez que pasó la borrasca de las sesiones de apertura semanal, algo parecido a un profundo suspiro de alivio. La razón no se había perdido por completo, y afortunadamente ahí estaban los bancos para dar prueba de ello. A partir de este momento las bajas en las eléctricas o en los sectores industriales fueron acogidas con mayor desenfado. El marco bursátil se mantenía intacto y los valores eléctricos tenían claramente delimitados los topes bajistas en función de sus rentabilidades directas por dividendo. Tan pronto como estas se ajustasen a los precios del dinero en el mercado interbancario, la demanda volvería a resurgir.

Por su parte las sociedades de inversión mantuvieron un ritmo creciente de recepción de órdenes de compra.

La consabida posibilidad de que se liquiden algunas de estas sociedades y el que estas operaciones puedan resultar ventajosas para los accionistas, representa un fuerte aliciente para los inversores, quienes sin poner todos los huevos en la misma cesta, canalizan algunas compras hacia este sector.

Las contructoras, y más concretamente Dragados protagonizaron un discreto resurgir, tras los importantes recortes que habían experimentado en reuniones anteriores. Otro tanto ocurría entre los valores del sector químico.

Con estos planteamientos se llegó a un cierre semanal confiado, en el que se produjeron algunas tomas de posiciones, por parte de varios especialistas, en previsión de que se cumplan los augurios de los optimistas, y que la próxima semana arroje un balance positivo al calor de las próximas juntas de accionistas bancarias.

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