Emerge de nuevo la crisis de los socialdemócratas portugueses
La crisis interna del Partido Socialdemócrata portugués cuestiona de nuevo la estabilidad política lusa. Perceptible desde hace meses, pero siempre desmentida por los medios gubernamentales, la división en el interior del partido del primer ministro Pinto Balsernáo acaba de ser oficializada por el semanario Povo livre, órgano oficial del PSD.Este publicó ayer, frente a frente, dos artículos, uno firmado por uno de los vicepresidentes del grupo parlamentario socialdemócrata, y otro por la joven e influyente diputada Helena Roseta.
Helena Roseta, que protagonizó la crisis que llevó Pinto Balsemáo a dimitir, en agosto del año pasado, propone ahora que el Gobierno dimita y convoque unas elecciones generales "de preferencia antes de las elecciones municipales", previstas para el fin del año en curso, si Alianza Democrática no consigue imponer su proyecto de revisión de la Constitución portuguesa de 1976. Esta decisión, agrega, debería ser ratificada por un congreso extraordinario del PSD. Helena Roseta precisa que los socialdemócratas deben dejar bien claro que no aceptarán gobernar con los socialistas mientras que el general Eanes permanezca en la jefatura del Estado.
Por su parte, el vicepresidente del grupo parlamentario considera necesario un reajuste en el seno del Ejecutivo, para hacerlo más eficaz y luchar contra el sentimiento de frustración que reconoce existe en el electorado de AD.
Refutando los argumentos de los que, en el PSD y en el CDS, quieren relanzar la campaña de hostilidad contra el presidente Eanes, Jaime Ramos considera necesario un reacercamiento institucional entre el Gobierno y el jefe del Estado, para buscar una solución de consenso a la gravísima crisis económica del país y comprometer a Eanes con las medidas impopulares que se imponen para enfrentar esta situación.
Ganan así terreno, en la mayoría, las tesis favorables a la disolución del Parlamento, insistentemente reclamada por los comunistas. El partido socialista permanece en una actitud ambigua en relación a las elecciones anticipadas; en cambio, exige, cada vez con mayor firmeza, la dimisión del Gobierno, acusando al general Eanes de ser el principal responsable de la situación, por negarse a destituir a Pinto Balsernáo.
