Sensible caída en la rentabilidad de los activos bancarios durante los primeros meses de 1982
La rentabilidad de los activos bancarios está cayendo sensiblemente durante los primeros meses de 1982, al tiempo que bajan los tipos de interés y se produce un incremento del pasivo en estas entidades. Medios financieros culpan al Gobierno y al Banco de España de estar provocando artificialmente esta situación y de poner en peligro los logros obtenidos en los últimos años en la lucha contra la inflación.
La intervención del Banco de España en el mercado monetario para compensar el déficit del sector público y el déficit del sector exterior, según fuentes bancarias, no ha sido suficiente para reducir la abundante liquidez en las instituciones financieras. Debido a ello, los tipos de interés están evolucionando a la baja desde enero en todos los segmentos del mercado, excepto en el interbancario, día a día.Según estas fuentes, los requerimientos del sector público en el primer trimestre de este año se sitúan en los 400.000 millones de pesetas. El Banco de España sólo ha drenado, mediante bonos del Tesoro, 244.000 millones. Lo que significa, en números redondos, una expansión de 160.000 millones de pesetas. Aunque de esta cifra unos 100.000 millones se pierden vía reservas internas, queda un exceso de liquidez de unos 60.000 millones de pesetas.
Expertos financieros apuntan que, "coincidiendo con el descenso en la rentabilidad de los activos bancarios, se nota una fuerte caída en términos desestacionalizados del crédito del sistema al sector privado".
Estos expertos añaden que el pasivo bancaro ha crecido fuertemente y se ha encarecido en los primeros meses del año. "Junto a la subida de los tipos de interés del crédito al sector privado y del pasivo bancario (depósitos a plazo y certificados de depósito) se está produciendo también un desplazamiento del activo bancario del crédito hacia los bonos del Tesoro que tienen una rentabilidad inferior".
Medios bancarios, en este punto, replican a los expertos financieros negando que haya habido un encarecimiento sensible del pasivo y sosteniendo que aquéllos no han considerado los denominados efectos escaparate (las empresas, a finales de año, descuentan papel comercial para aumentar tesorería y mejorar sus balances. Los bancos mejoran su cuenta de créditos y sus depósitos, ya que las empresas se comprometen a no retirar estos créditos y depositarlos en las mismas entidades que les han aceptado el papel comercial). Por ello, todos los años, en el primer semestre, se produce un reajuste que en los datos de enero y febrero de 1982 todavía no se ha reflejado.
Demanda de crédito
Según los citados expertos financieros, la banca estaría teniendo problemas en los primeros meses (le este año para colocar sus activos como consecuencia de la baja demanda de crédito y de los elevados tipos de interés.La banca, a finales de abril, tenía exceso de liquidez y el Banco de España tuvo que reducir este exceso (bonos del Tesoro, certificados de depósito e incremento de depósitos obligatorios). "Ese proceso ha elevado los tipos de interés en el interbancario y, en consecuencia, ha encarecido el precio del pasivo y provocado un desplazamiento de créditos privados hacia bonos del Tesoro", añaden los expertos financieros.
Fuentes de la banca, sin embargo, niegan que haya habido caída en la demanda de crédito, "aunque tampoco se pueda afirmar que ha aumentado la actividad económica". Hay un ligero aumento de la demanda, añaden, que es consecuencia de la sustitución que están haciendo las empresas de la financiación exterior a plazo que tenían por financiación interior. Y ello es debido a las peores condiciones que presentan en estos momentos los mercados internacionales".
Según estas fuentes de la banca, a juzgar por la entrada de capitales en el período enero-febrero de 1981 y de 1982, "se puede afirmar que no está entrando un duro de financiación exterior y que se están sustituyendo unos 70.000 millones de pesetas de financiación exterior por financiación interior".
En definitiva, añaden los medios bancarios, no hay problema con la demanda de crédito, "aunque, lamentablemente, no se deba esta demanda a un aumento de la actividad económica".
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