Picaresca británica

El fin de semana televisivo, que tiene el atractivo de la presencia de Lana Turner en la película de la noche de hoy, es uno más entre las andanadas de mediocridad que ha ofrecido el medio en estas últimas semanas, después de haber subido el listón de modo que parecía irreversible. Por la tarde, también hoy, Kim de la India, de Victor Saville, trae un gramo de la nostalgia que estaba ya en la novela de Rudyard Kipling.El fin de semana televisivo, que tiene el atractivo de la presencia de Lana Turner en la película de la noche de hoy, es uno más entre las andanadas de mediocridad que ha ofrecido el medio en estas últimas semanas, después de haber subido el listón de modo que parecía irreversible. Por la tarde, también hoy, Kim de la India, de Victor Saville, trae un gramo de la nostalgia que estaba ya en la novela de Rudyard Kipling.

Un clásico de la literatura inglesa moderna, una bella historia donde se mezclan algunos ingredientes infalibles, como picaresca, espectacularidad, aventura, amistad entre un niño y un adulto, todo perfectamente urdido por un guión muy competente y una producción bien abastecida, se viene en parte abajo gracias, o por desgracia, a la medianía del director, el inglés Victor Saville. Rudyard Kipling, en una mezcla de ternura histórica y paternalismo colonia¡ urdió esta historia que a lo largo de los años ha deleitado tanto a los ingleses que la generaron como a todos los admiradores de la obra de este autor. Saville fue uno de los pioneros de la industria cinematográfica inglesa. Aprendió el oficio desde sus menores rutinas y, hacia arriba, llegó a convertirse en uno de los mejores y más expertos productores, hasta el punto de que fue contratado por Hollywood para que se encargase de algunas producciones de importancia, como filmes de George Cukor y de King Vidor, entre otros grandes directores.No obstante, atraído por la dirección, se pasó con frecuencia a ella e hizo algunas películas de renombre, como La calle del de fin verde, Veinticuatro horas de la vida de una mujer y Kim. Nada del otro mundo. Es más, películas todas ellas en las que se percibe un excelente tono de producción y una dirección chata, poco suelta y de escasa inventiva. Un caso evidente de autointrusismo. Kim, gracias a la fuerza y gracia del relato de Kipling y a los excelentes actores, se ve bien, pero nada más.

Kim de la India se emite hoy, a las 16.00 horas, por la primera cadena.