Una central con diez años de historia
La construcción de la central de Lemóniz se inició en 1972, aunque la dirección general de Energía no autorizó las obras de Iberduero hasta márzo de 1974. Las obras se realizaron en un primer momento con una "licencia provisional de obras", lo que provocó la petición de su paralización por parte de los Ayuntamientos de Munguia y Lemóniz, hasta que, en diciembre de 1979, el Gobierno recalificó la zona de Lemóniz como industrial en un Consejo de Ministros.Es en el invierno de 1975 cuando el País Vasco toma concienci a del problema nuclear ante el anuncio de la inminente creación de una central de este tipo en Deva (Guipúzcoa) y otras dosmás en Vizcaya, en Ea-Ispaster y Lemóniz. La construcción de esta última pasaba hasta entonces desapercibida.
Las anomalías legales de la central de Lemóniz promovieron las primeras reacciones populares contrarias, canalizadas por las asociaciones de vecinos, hasta que en junio de 1976 se constituyó la Comisión de Defensa de una Costa Vasca no Nuclear, integrada por ingenieros, sociólogos, abogados, profesionales y una serie de personalidades de la vida cultural vasca. El 29 de agosto de 1976 tuvo lugar la primera manifestación convocada por esta comisión, que en estos años ha llevado a cabo un intenso activismo: manifestaciones, campañas y marchas antinucleares se han sucedido sin cesar. El 3 de junio, de 1979, la joven Gladys del Estal moría a consecuencia de los disparos efectuados por la Guardia Civil, en el transcurso de una concentración antinuclear en Tudela (Navarra).
En la oposición de sectores populares a la central nuclear encontró ETA uno de sus banderines d e enganche. El comienzo de los atentados terroristas de ETAm contra la central de Lemóniz se remonta al 19 de diciembre de 1977. Desde entonces, la actividad de ETA contra Iberduero ha sido constante. El 17 de marzo de 1978, dos trabajadores resultaron muertos y otros catorce heridos al estallar una bomba en uno de los generadores de la central.
La campaña terrorista contra Lemóniz alcanzó su cota más alta con los asesinatos de los ingenieros de la central José María Ryan, en febrero del año pasado, y Ángel Pascual Mújica, hace una semana.
A raíz del asesinato de José María Ryan, la mayoría de los técnicos que prestan sus servicios en las tareas de construcción y puesta a punto de la central dejaron de acudir a sus puestos de trabajo, por lo que las obras estuvieron prácticamente paralizadas durante varios meses. Los técnicos, al igual que numerosos partido e instituciones vascas, se mostraron partidarios de la celebración de un referéndum previo a la entrada en funcionamiento de Lemóniz.
Rechazo del presidente Calvo Sotelo
Esta posibilidad, asumida por el Gobierno vasco tras ser refrendada por el Parlamento autónomo, fue rechazada por el presidente Calvo Sotelo. Como salida alternativa, el Ejecutivo vasco inició entonces con, el Gobierno, central una serie de negociaciones orientadas a la asunción por parte dé las instituciones autonómicas del control de gestión sobre la Central. Estas negociaciones cristalizaron en la firma de un acuerdo en Vitoria el pasado 22 de marzo entre el Gobierno central y el Gobierno vasco, en el que se establecía la puesta en marcha de la central mediante la creación de una sociedad de gestión pública constituida por el Gobierno vasco y financiada por Iberduero. Precisamente el pasado día 5 en que asesinaron al ingeniero Ángel Pascual, se constituía oficialmente la sociedad gestora.
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