La carta del director general
La extensa carta de Robles Piquer a Joaquín Castro Beraza solicita un eventual sistema para lograr "la eficiente protección de los profesionales de estos medios frente a aquellos ataques que pongan injustificadamente en duda su honaribilidad y rectitud". Robles Piquer dice también que ha encomendado al director de este medio del Estado y a su jefe de personal que soliciten de los firmantes del escrito entregado el día 6 de mayo la presentación en plazo breve de otro escrito, individualizado, en el que, si lo creen oportuno, se ratifiquen en lo dicho."En caso de ratificación", dice la carta, "se les solicitará la aportación de pruebas que convaliden las graves acusaciones de las que se han hecho solidarios". Robles Piquer le recuerda a Castro Reraza que en una reunión de directivos celebrada el viernes pasado "todos los que quisieron intervenir pusieron de manifiesto que sus colaboradores firmantes del tantas veces aludido documento habían reconocido la ausencia, en su trabajo respectivo, de cualquier limitación profesional".
Robles Piquer expresa su "absoluto desacuerdo" con el escrito de los 180 trabajadores de los Informativos de TVE, entre otras muchas, porque, "no por azar, la información que TVE proporciona es pluralista, objetiva, veraz e imparcial, a lo que se orienta precisamente nuestro común esfuerzo cotidiano". "Que ello se logra ante la opinión pública", afirma, "lo demuestra el análisis que lleva a cabo permanentemente el gabinete de investigación de audiencia, cuyos datos se publican con regularidad y según los cuales los informativos de TVE gozan del más alto índice de aceptacion nunca logrado entre nuestros espectadores".
Robles Piquer no cree haber redactado, "ni mucho menos escrito de mi puño y letra, versiones como la aludida, sobre la crisis de UCD. En cualquier caso, debo recordar que lo que esos servicios difunden no puede serme ajeno, puesto que nuestro estatuto confiere la responsabilidad de la programación al director de TVE bajo mi supervisión".
Ruega, no obstante, a sus más próximos colaboradores que extremen su celo para investigar, y en su caso corregir, "cualquier deformación que contra nuestra voluntad, pudiera haberse deslizado en un trabajo en sí mismo difícil y que está sometido a tensiones. Todo esfuerzo será escaso en los hombres de esta casa para estar a la altura del desafío al que debemos, cada día, hacer frente".
