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Hospitalizado uno de los cinco trabajadores en huelga de hambre desde hace siete días

El trabajador Manuel de Garofano, de la localidad almeriense de Carboneras, tuvo que ser internado ayer en la residencia sanitaria Virgen del Mar, de Almería, tras siete días de huelga de hambre. Manuel de Garofano, militante de UGT, fue despedido la pasada semana de la empresa Moncaux II (unión de las empresas Moncada y Auxini), que realiza obras en el puerto de Carboneras.

Según informa , que cita fuentes de los propios trabajadores, el despido se produjo por haber solicitado la convocatoria de elecciones sindicales en la citada empresa. Otros diez trabajadores permanecen encerrados en el Ayuntamiento de la citada localidad, cuatro de ellos también en huelga de hambre, en solidaridad con el despedido.La situación en la empresa era ayer de paro total. Treinta trabajadores han sido sancionados con suspensión de empleo y sueldo por siete días y otros treinta con dos días, por su participación en los actos de solidaridad con el despedido organizados la pasada semana. Ayer se esperaba la llegada a Carboneras del director general de Moncasa con objeto de estudiar la situación y tratar de encontrar posibles soluciones al conflicto.

Huelga general

En el pasado mes de octubre el pueblo de Carboneras protagonizó una huelga general en solidaridad con cinco trabajadores despedidos de Deacar, consorcio formado por Dragados, Entrecanales y Auxini que realizaban las obras de la central térmica propiedad de la Empresa Nacional de Electricidad, SA (ENDESA). Los trabajadores se habían negado a realizar horas extraordinarias teniendo en cuenta la situación de paro en la zona.Carboneras no tiene prácticamente otra salida que la emigración y la pesca con patrones de otros puertos. El pueblo no tiene puerto pesquero, a pesar de que en distintas ocasiones se había prometido su construcción. Para los vecinos, el despido de los cinco trabajadores de Deacar fue el chispazo que hizo saltar años de promesas. En aquella ocasión una manifestación de vecinos fue disuelta por la Guardia Civil con un saldo de cinco heridos de diferente consideración. La llegada de ENDESA a la zona hizo despertar en el pueblo nuevas esperanzas en cuanto a la creación de puestos de trabajo.

Unas setenta personas no consiguieron encontrar empleo. Los sucesos del pasado mes de octubre fueron, a juicio de los vecinos, el resultado final de otras frustraciones.

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