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Los actores Lola Cardona y Angel Picazo, premios Villa de Madrid de Teatro

Lola Cardona y Angel Picazo han sido premiados con el María Guerrero y el Ricardo Calvo, premios Villa de Madrid de interpretación. Los premios, que se entregarán el próximo día 15, festividad de San Isidro, se fallaron ayer, por un jurado formado por Enrique del Moral, José Luis Alonso, Eduardo Haro Tecglen, José Luis Pellicena y Alberto González Vergel. Los premios se refieren al trabajo interpretativo total, si bien tienen que ver con la obra que cada uno interpreta este año: Angel Picazo La vida es sueño, de Calderón, y Lola Cardona, Caimán, de Antonio Buero Vallejo.Lola Cardona, que en este momento está llevando por provincias Caimán de Buero, y está en Jaén, donde debutó ayer, brinda este premio, que le ha cogido un poco de sorpresa, "a todas las actrices que se han entregado con profesionalidad a esto y que lo merecen, aunque la vida pase un poco, como para mí muchos años, sin darse bien cuenta, no se sabe por qué". Está sorprendida y emocionada cuando se le confirma la noticia, y asegura que le alegra "porque esta es una profesión en la que estoy porque la he elegido. Y siempre un premio es un aliciente para seguir en un trabajo como éste, maravillosamente angustioso".

Algunos críticos señalan en Lola Cardona cierto retraimiento en la vida social, que efectivamente no tiene nada que ver con lo profesional, pero que ha podido quitar brillo a su personalidad pública. Lola Cardona es tajante: "Yo soy muy de mi casa. No me niego a ir a los sitios, pero si para hacer cosas tengo que zascandilear... Bueno. No me merece la pena". Recuerda con especial cariño su trabajo en El milagro de Anna Sullivan, que le mereció el primer premio de su vida, y sobre todo La sonata a Kreutzer, a las órdenes y mano a mano con Fernando, Fernán Gómez.

Angel Picazo ha recibido el premio con serenidad. "Llevo ya casi cuarenta años en el teatro: empecé en 1943 con Los ladrones somos gente honrada, de Jardiel, por provincias. Luego fueron seis años con Rafael Rivelles, que me contrató inmediatamente como galán. Más tarde, otros seis como primer actor en el María Guerrero, seis más en el Lara, y otros seis en el Arlequín y el Infanta Isabel...

"He tenido suerte", dice, "porque he estrenado a todos los autores españoles, desde Pemán a Buero, desde Mihura a Neville o Calvo Sotelo". Recuerda, "así, improvisando, Hoy es fiesta, de Antonio Buero Vallejo, Mikaela, de Calvo Sotelo, La vida en un hilo, de Edgar Neville, que tuvo mucho éxito. He estrenado diez obras de Alfonso Paso, en fin, he tenido muchos premios, pero cada uno es como el primero".

Hacer ahora el Basilio de La vida es sueño, es "muy especial, porque apenas había dicho verso", y en este sentido, el premio Ricardo Calvo le gusta especialmente, porque "era un actor imponente, un estupendo recitador". Para que le sitúe, dice: "Era un gran actor de la gran época. Yo le conocí. Y le vi. En el verso era excepcional".

Por fin, insiste Angel Picazo, al que el público recuerda en papel de reyes y de papas, y del que recientemente se repuso en televisión Las verdes praderas, en que "todo premio aumenta la moral y las ganas de luchar, la afición a este oficio y sobre todo, la necesidad de superarse. A eso es a lo que obliga: a que la próxima interpretación sea mejor que la anterior".

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