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Las economías europeas comienzan a registrar signos evidentes de recuperación, según la OCDE

Las economías europeas han comenzado a mostrar una importante y significativa recuperación en los primeros meses de este año, aunque los malos resultados cosechados por Estados Unidos impedirán que, en el curso de 1982, la economía occidental arroje un saldo global netamente favorable. El crecimiento económico en los veinticuatro países de la OCDE será, en este sentido, de solo un 0,3% en 1982 (frente al 1,25% previsto el pasado diciembre), lo que producirá un desempleo en el área que puede llegar a los treinta millones de parados a finales del año.

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Este cauto mensaje de optimismo, salpicado por un claro enfrentamiento en cuanto a las políticas a seguir durante los próximos meses, se vislumbra como la nota dominante de la reunión anual de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que ayer comenzó en París. Al encuentro asisten los ministros de Economía y finanzas de los veinticuatro países miembros, incluido el vicepresidente segundo del Gobierno español para Asuntos Económicos, Juan Antonio García Diez.Aunque la música ambiental de esta reunión de la OCDE continúa sonando bajo el ritmo que marcan los altos tipos de interés y el déficit presupuestario crónico que padece la economía norteamericana, los países europeos se han permitido esta vez el lujo de intercambiar alguna que otra melodía de esperanza y recuperación. Esta, a juzgar por las cifras facilitadas en un documento confidencial sobre las perspectivas para este año y el próximo, que elabora el secretariado de la OCDE, es un hecho en la mayoría de los países europeos: de una caída del crecimiento económico del, 0,3% en 1981 se pasará este año a un aumento del 1,3% y de 2,6% para el próximo año.

Resultados mixtos

Los países europeos, sin embargo, son conscientes de que su recuperación se verá entorpecida profundamente si Estados Unidos no pone en orden su casa. La economía norteamericana, según el mismo documento, experimentará una reducción de su actividad del 1,8% durante este año y sólo podrá llegar a crecer un 2,7% en 1983 si controla el déficit público y permite que una suavización a su política monetaria termine en una reducción de sus otros tipos de interés reales.

El hecho de que las economías de los veinticuatro países presenten en estos momentos resultados mixtos respecto a las políticas previamente patrocinadas por el secretariado de la organización, ha forzado a la OCDE a buscar nuevas fórmulas. A propuesta de los países menos poderosos del grupo, el secretariado ha abrazado un nuevo tipo de política económica que algunos llaman la "estrategia diferenciada". Esta fórmula no es otra cosa que la aplicación por cada país miembro de aquella política que, dentro de unas coordenadas generales, resulte mejor en un momento determinado.

Con esta estrategia, sobre la que existen fuertes discusiones, se persigue que aquellos miembros que como España, Italia, Canadá, Francia e Irlanda (e incluso Estados Unidos) han obtenido resultados positivos en la lucha contra la inflación, emprendan ahora acciones para dominar el problema del paro, sin duda, el más acuciante durante los próximos meses.

Solución diversificada

Esta política, que el ministro francés de Economía, Jacques Delors, calificó de "solución diversificada" y que fue defendida también por Giorgio La Malfa, ministro italiano de presupuesto, fue contestada por Donald Regan, secretario del Tesoro norteamericano y por el representante australiano, quizá el mayor enemigo de esta nueva estrategia. Para estos últimos, el abandono de la política antiinflacionista, como meta prioritaria para combatir la situación actual, creará mayores problemas de los que resuelve.

El esperado discurso de Donald Regan no parece adelantar ninguna fórmula o remedio por el que Washington vaya a resolver con éxito sus ya crónicos problemas. Para el secretario del Tesoro, sólo la disciplina monetaria y fiscal y la iniciativa privada permitirá alcanzar la "estabilidad necesaria en el frente inflacionista". Como botón de muestra, Regan señaló que la economía norteamericana ha conseguido reducir la inflación en más de seis puntos, al bajarla de un 9% el pasado año a un 3,5% de los primeros meses de este año.

Regan reconoció, sin embargo, que la política de precaución que se sigue en el terreno monetario y fiscal ha presentado resultados adversos en cuanto al desempleo. En esos momentos, un tercio de los treinta millones de parados que la OCDE arrojará a finales de año, se encuentran en Estados Unidos.

A parte del discurso de Regan, otros dos importantes que centraron la atención del debate sobre políticas económicas a seguir durante la primera jornada de la reunión anual de la OCDE fueron los del ministro francés de Economía y Finanzas y el de su colega alemán de Economía, Otto Lamsdorff. El ministro francés hizo unas importantes matizaciones sobre la política coyuntural que se ha aplicado siempre por recomendación de la OCDE. Para él, esta política sólo persigue crear un clima favorable a la realización de lo que deben ser "ajustes estructurales inevitables".

En este sentido, el socialista francés señaló que no es suficiente la llamada política de oferta y la acumulación de beneficios para estimular a largo plazo el crecimiento económico: es necesario en cualquier caso un esfuerzo de organización e investigación.

Delors descalificó también los esfuerzos en el terreno energético, que sólo serán efectivos si además de la baja del precio del petróleo va unido una política sostenida de ahorro energético. En el terreno social Delors señaló que era necesario combinar el crecimiento de las prestaciones sociales con el de los recursos nacionales y advirtió que en ningún momento deberían abandonar los remedios: clásicos de estimulo del empleo, como son la formación profesional, la movilidad laboral y la jerarquización equilibrada de las remuneraciones salariales.

Por su parte, el ministro alemán presentó un panorama relativamente optimista del futuro de la economía germana, señalando que su país no tendrá más remedio que seguir una política expansionista para. detener el crecimiento futuro del índice de desempleo. Como nietas, Otto Lamsdorff señaló un crecimiento del 1,5%. para el Producto Nacional Bruto alemán y el mantenimiento del índice del desempleo en tomo al 6%. de la fuerza laboral para 1982.

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