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De Mita, secretario general de la Democracia Cristiana italiana con el 55% de los votos

Juan Arias

Ciriaco de Mita ha sido elegido secretario general de la Democracia Cristiana en votación celebrada en la madrugada de ayer. Ganó el cargo en la primera ronda, tras haber conseguido la mayoría absoluta del 55% de los votos. Su contrincante, Arnaldo Forlani, que era el candidato de la derecha democristiana, obtuvo sólo el 42%. El resto de los votos fueron abstenciones.

El nuevo secretario ha sido ya calificado de "nuevo Craxi de la Democracia Cristiana". Un elogio, en el fondo, para el secretario del Partido Socialista, considerado hoy el principal personaje de la política italiana, el más temido, admirado y criticado. Pero es un índice también de la lucha política que se va a abrir entre el Partido Socialista, que tiene como objetivo sustituir a la Democracia Cristiana en la dirección política de este país, y la propia Democracia Cristiana que abre una página nueva con la secretaría de De Mita."No somos", dijo dirigiéndose a Craxi en su discurso, "un partido sólo de soldados. Vamos a recuperar nuestra antigua tradición de partido popular y democrático, con propuestas e ideas nuevas". "Para esto", añadió dirigiéndose esta vez a los suyos, que más que aplaudirlo ya lo aclamaban como secretario, "necesitamos una racionalidad lúcida y fría". Y agregó: "La política es dominar los acontecimientos con inteligencia". Y volviendo a los socialistas: "Desde mañana tendréis que acostumbraros a tratar con una Democracia Cristiana que no está dispuesta a venderse barata. No somos un partido conservador en agonía".

Un nuevo partido

¿Su programa? "Daré un rostro completamente nuevo a mi partido". Y como respondiendo a una pregunta que estaba en boca de todos -¿te dejarán realizar este programa los viejos leones conservadores del partido, los padres históricos?- dijo: "Si soy elegido secretario me concedo desde ahora el derecho a escoger con total libertad a mis colaboradores, sin tener en cuenta presiones de ningún tipo".Y aquí está la clave de la secretaría de Mita. ¿Conseguirá, como ha hecho Craxi en el Partido Socialista, hacer una verdadera revolución generacional dando paso a los jóvenes, hasta hoy congelados en el interior del partido? Coraje no le falta. Ni tampoco inteligencia política.

Lo reconocen hasta sus adversarios. Por eso le temen más. Pero allí estaban ayer, en el momento de su triunfo, las viejas figuras democristianas que enseguida quisieron fotografiarse con él, abrazándolo.

La tensión de esta elección histórica duró hasta el último momento. A las doce de la noche se filtró la noticia de que De Mita había ganado. Apareció enseguida ante el congreso con los brazos en alto. Con él toda la plana mayor del partido: amigos y adversarios de la última hora. Pero un imprevisto burocrático impidió al presidente dar el resultado oficial hasta casi las tres de la madrugada. Tres horas en pie sin poder moverse, sin dejar el congreso. Los 3.000 congresistas estuvieron primero impacientes y después folloneros. En un momento, por la sala empezaron a volar aviones construidos con periódicos y con los discursos de los oradores. Hasta la presidencia quiso hacer una broma. Desde los micrófonos, una voz leyó el resultado oficial: De Mita, 48%. Un momento de silencio. Después una carcajada al micrófono y de nuevo la batalla aérea.

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