"En Suecia, lo fundamental es interesar al pueblo en la defensa nacional"
"Lo fundamental es interesar al pueblo por la defensa nacional. Cualesquiera que sean las alianzas, sin defensa propia no hay situación internacional. En estos términos se expresó el general sueco Bengt Liljestrand, director del Colegio Nacional de Defensa de Estocolmo, que ha visitado Madrid la pasada semana, para participar en los Encuentros con las fuerzas armadas europeas, que patrocina la Fundación Pablo Iglesias.
El general Bengt vino a España para dictar una conferencia sobre "Fuerzas Armadas y sociedad en Suecia", que fue seguida de un coloquio, con participación de universitarios y jóvenes cuadros de mando de los diversos ejércitos españoles. Acompañado del embajador de su país, el director del Colegio Nacional de Defensa de Estocolmo fue recibido por su homólogo español, el almirante Rubalcaba, director del CESEDEN, y por el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, general Alvaro Lacalle Leloup.Desde su incorporación como oficial en 1940, el general Bengt Liljestrand ha ocupado relevantes puestos en el Estado Mayor de las fuerzas armadas suecas, así como en las academias militares. Con 63 años cumplidos, su experiencia personal incluye también el mando de las fuerzas expedicionarias de las Naciones Unidas en Jerusalén en 1974 y en Ismaílía en 1975.
En sus diversas intervenciones durante su estancia en Madrid, el general Bengt Liljestrand ha insistido en que cada país tiene una experiencia diferente, que impide formular comparaciones directas con los demás. El concepto que más ha repetido como característico de la situación sueca en este campo ha sido el de "pueblo y defensa" -fuerzas armadas y sociedad como un todo-, en el que se suman los recursos civiles y militares, espirituales y materiales cuando sea necesario combinarlos al servicio de la política de seguridad sueca.
Obligatoriedad del servicio militar
Uno de los rasgos fundamentales que definen las fuerzas armadas suecas y sus relaciones con la sociedad es la obligatoriedad de prestar el servicio militar. Bajo la impresión causada, en Suecia por el avance nazi, en Europa, se afianzó en todos los partidos de aquel país la decisión de mantener buenas organizaciones de defensa, siempre en proporción a los recursos disponibles. La experiencia de la segunda guerra mundial y la incorporación a los cuadros de los tres ejércitos de todos los hombres útiles entre treinta y cuarenta años produjo un efecto democratizador de doble dirección, tanto en las fuerzas armadas como en la sociedad.Después de la segunda guerra mundial -explica el general Bengt Liljestrand-, nuestro lema era continuidad y reforma.
Cada organización de detensa tiene una herencia, que se resume en hombres formados, material y sistemas del organización. Ahora, en Suecia, todos los soldados reclutados pasan por una etapa básica de formación, que dura de seis a ocho meses, transcurrida la cual se les destina a las unidades de guerra -compañía, batallón, brigada-.
El Gobierno, el Parlamento y todas las autoridades suecas se entrenan en la gestión de la crisis. "Hace cuatro años, por ejemplo", explica el general Bengt Liljestrand, "fuimos, con varios centenares de funcionarios de los distintos ministerios, a un lugar secreto del país para realizar uno de estos ejercicios de simulación, que también se desarrollan anualmente en los seminarios que organiza el Colegio Nacional de Defensa".
El director del Colegio Nacional de Defensa insistió en la plena integración de los militares en la sociedad sueca y describió las bases de reclutamiento, programas de estudio, niveles técnicos y valores morales básicos que configuran a quienes eligen seguir la carrera de las armas en su país.
Los jóvenes que se sienten atraídos por la profesión militar hacen primero el servicio ordinario como soldados y después solicitan su ingreso como cadetes en las escuelas militares correspondientes, donde se presta especial atención al funcionamiento de la propia sociedad sueca y se pone máximo énfasis en la formación del alumno para el liderazgo. Concluido este período, que dura un año, los oficiales son destinados a los diferentes regimientos.
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