Viajar en tren

No sé si estas líneas pueden tener el suficiente interés para que sean publicadas en su prestigioso diario, pero me creo en la obligación de escribirlas.El pasado 14 de abril partía de Algeciras con destino a Madrid en el expreso de las 21.35 horas; su hora prevista de llegada eran las 10.40 horas del día 15. Durante el viaje llevaba un ejemplar de su diario, en el cual, y en uno de sus artículos de opinión, titulado Operación retorno, se hacía alusión a las deficiencias del ferrocarril a Andalucía desde la meseta, y en él se hacía referencia, en concreto, a un retraso de seis horas sufrido por el expreso procedente de Cádiz.

Volviendo a mi viaje, he de decir que llegamos a Madrid a las 16.20 horas, retraso de, casi seis horas debido, al parecer, a una avería en la máquina. La realidad es que así fue, puesto que ya desde los inicios del viaje el tren iba a una velocidad muy por debajo de lo normal (se paga exceso de velocidad en el billete), debido a que la máquina venía fallando desde su punto de partida; es más, según comentaba en el propio tren algún empleado, esa misma máquina había hecho el viaje precedente (Madrid-Algeciras, día 13) en deficientes condiciones de funcionamiento.

En estas circunstancias, y ante la perplejidad e indignación de todos los que en ese tren viajábamos, pudimos comprobar a lo largo de todo el recorrido que la máquina no era sustituida en ninguna de las estaciones del mismo, donde, lógicamente, debe haber unidades de repuesto; la máquina vino a ser sustituida en las proximidades de Madrid, donde ya no pudo más. /