Dos muertos y 85 heridos en Oporto tras una carga policial
Dos jóvenes obreros murieron a balazos en la madrugada de ayer en la ciudad portuguesa de Oporto, tras una carga de la policía para dispersar a manifestantes de sindicatos opuestos que se enfrentaron duramente en una plaza de esta ciudad. Doce personas más resultaron gravemente heridas y 63 fueron hospitalizadas, entre ellas, 15 policías con distintas lesiones.
Los incidentes, de extrema gravedad según los observadores, se originaron cuando centenares de militantes y simpatizantes de la central sindical procomunista CGTP, Confederación General de Trabajadores Portugueses, marcharon hacia la plaza Humberto Delgado donde la central sindical prosocialista UGTP, Unión General de Trabajadores Portugueses, realizaba un acto festivo conmemorativo del 1 de mayo.Manifestantes de ambas centrales sindicales se enfrentaron contundentemente a pedradas y en ocasiones con armas blancas. El motivo de los enfrentamientos fue que la CGTP y la UGTP habían solicitado de las autoridades el mismo recinto público para festejar la conmemoración obrera. El gobernador de Oporto concedió a la central sindical socialista el usufructo de la plaza, que cuenta con una gran explanada donde se ralizan la mayor parte de las manifestaciones. Ello motivó el disgusto de la otra central sindical, cuyos seguidores intentaron adentrarse violentamente en el interior de la plaza.
Fuertes contingentes. policiales intervinieron en la refriega, que en las primeras horas de la madrugada se convirtió en una batalla campal. La policía abrió fuego contra los manifestantes para dispersarlos y causó las muertes de dos obreros, de 24 y 18 años de edad. Asimismo, entre los heridos graves se encuentra un niño de 9 años, que sufrió heridas de bala en el bajo vientre.
Los 85 heridos fueron hospitalizados en el sanatorio de Santo Antonio, adonde acudieron miles de manifestantes en la mañana de ayer para protestar por la actuación de la policía. Los reunidos guardaron minutos de silencio y corearon consignas en las que se exigía la dimisión del Gobierno de Lisboa. La policía desplegó un enorme dispositivo.
Todos los testimonios de testigos directos resaltan que las cargas de la policía fueron brutales y desproporcionadas. El Partido Comunista condenó en términos de extrema dureza la actuación policial.
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