La 'Caixa', dispuesta a ser la primera caja que compre un banco

La mayoría de las acciones de Banca Mas Sardá (44.000 millones de pesetas en depósitos) será para quien ofrezca mejores condiciones, sin discriminar entre los varios bancos interesados y La Caixa catalana, según medios allegados a los encargados del fallo. De esta forma, la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorro de Cataluña tiene bastantes probabilidades de ser la primera caja que posea un banco. La decisión podría conocerse a partir del próximo martes, día en que se se reúne el comité ejecutivo del Banco de España y el Fondo de Garantía de Depósitos.Tras los sondeos realizados para que La Caixa adquiera la mayoría de las acciones de Banca Mas Sardá (véase EL PAIS de 16 de marzo), la autoridad monetaria se inclinó por dar carácter público a la operación, a través de un concurso a cargo del Fondo de Garantía de Depósitos Bancarios. Según medios informados, los contactos entre posibles interesados se han limitado a los grandes bancos y a la primera caja catalana y española, con unos 600.000 millones de pesetas en recursos ajenos, que le otorgan el tercer puesto entre las instituciones financieras.Las condiciones finales ofrecidas por La Caixa quedaron aprobadas el jueves último en su consejo de administración, con los votos en contra de los representantes del personal. Al parecer, según medios de Barcelona y Madrid, compite con varios bancos, cuya identidad no ha podido ser confirmada. Uno de los nombres más comentados al respecto es el del Banco de Bilbao, que pujó hace varias semanas hasta el último momento por quedarse con Bankunión. Otro asiduo entre los grandes a este tipo de concursos, el Vizcaya, tiene todavía pendiente de resolución su oferta de compra del Banco de Préstamo y Ahorro, recién desgajado de Bankunión.

Fuentes de La Caixa indicaron ayer que sus condiciones de oferta, no reveladas hasta el momento, como tampoco las de sus competidores, reflejan un evidente interés por el banco catalán, considerado inversión razonable si se aceptan tales condiciones.

En contra de la operación puede actuar, según diversos observadores, lo que supone de ruptura de los moldes de expansión de las cajas, presumiblemente visto con recelos por los bancos y por gran parte de las cajas, especialmente las pequeñas.

Entre los datos a favor de La Caixa destaca el haber sido aceptada o llamada a pujar (las versiones recogidas no coinciden al respecto). Otros medios resaltan que la Generalidad ve con buenos ojos que esa parte del sistema financiero catalán no pase a la órbita de los grandes bancos, como Jover pasó al Santander o Bankunión al Hispano. En la misma línea, se recuerda que La Caixa ya tiene desde hace varios años algo más de 7% de dicho banco, al igual que en Banca Catalana, lo que le convirtió en el segundo accionista tras la familia Mas Sardá, que ostenta una tercera parte del capital.

Según fuentes allegadas al Fondo, formado a medias por el Banco de España y la banca privada, la pretensión es que el Estado tome las menores responsabilidades. La operación parece configurarse así en línea con la de Bankunión, cuyo paquete mayoritario fue adquirido por el Hispano a cambio de que el Fondo se quedara con los activos más problemáticos de la entidad.

Los obtáculos para que un banco adquiera la mayoría de una caja son considerados superables en el Banco de España. Proceden de su comité ejecutivo, a raiz de las participaciones anteriores de La Caixa y de mayores pretensiones de, otra entidad, y no hay inconveniente en levantarlos ahora. Se trata del límite del 0,5% del capital en la compra de acciones bancarias, elevado si media autorización expresa a no llegar a ser la minoria mayor o no exceder nunca el 10%