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Los sindicatos europeos insisten en reducir la jornada de trabajo

Soledad Gallego-Díaz

Con el lema Paz, trabajo y solidaridad y la amenaza de dieciocho millones de parados en 1985, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) inauguró ayer en La Haya (Países Bajos) su cuarto congreso, que se prolongará hasta el próximo viernes. Aunque en el orden del día no figura el debate de las demandas de adhesión presentadas, entre otras organizaciones sindicales, por Comisiones Obreras (CC OO), del desarrollo de este congreso y de la nueva ejecutiva que resulte elegida podrá depender su integración o no en un futuro próximo.La CES es la confederación sindical más importante de Europa. A ella pertenecen los sindicatos de la República Federal de Alemania (fuertemente contrarios a la adhesión de CC OO), así como los más importantes sindicatos de los países nórdicos y de la Europa comunitaria. Aunque es independiente, desde un punto de vista político tiene un marcado tinte socialdemócrata. Cuenta en total con más de 43 millones de afiliados. Desde su fundación, en 1973, son miembros de pleno derecho las centrales españolas Unión General de Trabajadores (UGT) y Solidaridad de Trabajadores Vascos (ELA-STV). Tanto UGT como ELA-STV se oponen también al ingreso de Comisiones Obreras.

Aumento del paro europeo

El congreso se inauguró con una intervención del presidente de la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la CEE), Gaston Thorn, quien señaló que el número de parados ha aumentado en la Europa de los diez en un 30% en un solo año, y que más de cinco millones de personas accederán al mercado de trabajo por primera vez antes de 1985. Esta evolución del índice de paro es -según Thorn- intolerable y supone una amenaza para la estabilidad del cuerpo social de Europa occidental y, "en definitiva, una amenaza para los sistemas políticos democráticos".Thorn propuso una acción conjunta para realizar la inversión privada, "sin olvidar por ello una acción paralela sobre la inversión pública", sobre todo en los campos de la energía, las telecomunicaciones y la informática, es decir, en los llamados sectores de punta. El presidente de la Comisión Europea recordó que el contencioso del presupuesto británico mantiene bloqueados unos fondos de más de 3.000 millones de dólares destinados por la CEE a lanzar "nuevos instrumentos comunitarios que ayuden a mejorar la política de inversiones".

En el anterior congreso de la CES, celebrado en Munich (RFA) hace tres años, la Confederación Europea de Sindicatos elaboró ya un programa de acción contra el desempleo, basado fundamental mente en la reducción del tiempo de trabajo en un 10%, mediante la jubilación anticipada a los sesenta años, la semana de 35 horas y las vacaciones anuales de seis semanas. El balance actual es más bien negativo. Prácticamente ningún país ha puesto en práctica las directrices de la CES, y cada mes llegan al mercado del trabajo 200.000 nuevos parados.

El proyecto de resolución que debatirán los congresistas en La Haya vuelve a insistir en la importancia de este programa de reducción del tiempo de trabajo, "reivindicación hoy día aún más imperiosa que antes". La CES declara comprender las dificultades que estas medidas representan, pero señala que siguen siendo una tarea prioritaria. Para la confederación europea, además de la reducción del 10% mencionada, la crisis económica obliga a que se prolongue la escolaridad obligatoria hasta los dieciséis años como mínimo, a que se generalicen las vacaciones para formación, a introducir un quinto equipo de trabajo en las cadenas y a abolir las horas suplementarias sistemáticas, compensando las excepcionales no con dinero, sino con tiempo libre. Deben también garantizarse los mismos derechos para los trabajadores á dedicación plena que los que realizan sus actividades a tiempo parcial.

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