Agravio comparativo
La ley 20/1981, de 6 de julio, que crea una situación de reserva activa, deja marginado a un número considerable de oficiales de la Guardia Civil, privándoles de los derechos que la misma comporta a otros oficiales del Ejército con las mismas condiciones de edad, graduación, años de servicio, etcétera, e incluso en comparación con suboficiales. Todos los oficiales y suboficiales del Ejército con la misma edad, con excepción de este grupo de oficiales de la Guardia Civil, pasan a la reserva activa, gozando de esta forma de mayores sueldos y derechos.Si se argumenta por el Gobierno que reconocer estos derechos sería un aumento del gasto público, lo lógico seria que ese sacrificio se repartiera por igual entre todos los oficiales de todo el Ejército, y no sólo, y por entero, gozando de una exclusividad en el sacrificio que no ha pedido un grupo de oficiales de la Guardia Civil.
La ley 20/1981 ha dejado una serie de lagunas, que se han centrado en el Cuerpo de la Guardia Civil, con esta discriminación a cierto número de oficiales, con los guardias que hubo que suspender su pase a la edad de retirado, etcétera, a no ser que se trate del color del paño que tiene su uniforme, aunque de eso no habla el artículo 14 de la Constitución española.
Minoría Catalana tenemos conocimiento que ha presentado a la Cámara de los Diputados este asunto, el cual merece mi total reconocimiento, ya que no sirve aprobar una Constitución si no se aplica por igual para todos.
Confiarnos que esas esperanzas que ha abierto esta nueva etapa política y esos principios que consagra nuestra Constitución, especialmente el artículo 14, y de los que los líderes políticos son depositarios, se cumplan también en nosotros, ya que nos consideramos injustamente marginados, por lo que creemos se debe a una simple deficiencia técnica en el estudio y desarrollo de la ley, pero que tiene una grave trascendencia en nuestros derechos profesionales.
No se puede afirmar que esta ley es irreversible, porque el excelentísimo señor ministro de Defensa bien sabe que no, ante las equivocaciones que ha tenido que subsanar implícitas en la mentada ley y, precisamente, en el Cuerpo de la Guardia Civil./
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