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El proyecto para reorganizar las Fuerzas Armadas reduce a seis el número de regiones militares

El Estado Mayor del Ejército estudia una nueva organización militar del territorio que se pretende simplificada y unificada al máximo, en línea con el objetivo marcado en el informe general 1/82 del ministro de Defensa. Bajo estos nuevos parámetros las actuales regiones militares, que suman en total nueve más las insulares de Baleares y Canarias, quedarán reducidas a seis, definidas con nuevos criterios de operatividad y cooperación con la Armada y la Aviación, y aliviadas del pesado lastre jurisdiccional y protocolario que invierte en la práctica el orden natural de su función.

La Armada y la Aviación ya optaron hace algún tiempo por un modelo de organización territorial que obedece a los anteriores criterios y se inscribe dentro de los patrones usuales en la Alianza Atlántica. Ahora le llega inaplazablemente el turno al Ejército de Tierra, cuyos efectivos habrán de experimentar una sensible reducción si se atienden las previsibles recomendaciones de la OTAN.Según los datos del Military balance, en su edición de 1982, los efectivos totales de las Fuerzas Armadas españolas ascienden a 342.000 hombres, de los cuales 255.000 son conscriptos, es decir, proceden de la recluta obligatoria. La distribución actual es la siguiente: Ejército. 255.000 (190.000 conscriptos,), Armada, 49.000 (40.000 conseriptos); Aviación, 38.000 (25.000 conscriptos). La doctrina estratégica de la Alianza Atlántica potencia la dimensión aeronaval de España y propugna en consecuencia un reequilibrio de la actual as lgnación de efectivos en favor de un aumento de los contingentes de la Fuerza Aérea y de la Armada, con la inicial reducción complementaria del Ejército de Tierra en unos 85.000 hombres.

La nueva organización territorial del Ejército que se proyecta contempla seis reglones: la Ebropirenaica, la Mediterráneo-balear, la del Estrecho, la Central, la del Noroeste y la de Canarias.

Hace tiempo que dejó de tener sentido la actual organización de las capitanías generales con casos extremos como el de Baleares, donde al mando de unos efectivos que el Military balance cifra en 5.000 hombres, se encuentra un temente general, cuando un general de división tiene en la Brunete número 1 mas de doce mil hombres a sus órdenes.

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La reorganización de las Fuerzas Armadas provocará el establecimiento de mandos unificados en algunas zonas de España

Viene de la primera página

La comparación de los gráficos que se incluyen en esta página permite advertir las diferencias entre la organización militar actual y la que se proyecta. Los capitanes generales con mando de región militar se reducirán, por tanto, de los once actuales a seis. Además, al superponer la organización del Ejército con la de la Armada en cuatro zonas -Cantábrico, Estrecho, Mediterráneo y Canarias- y la del Aire en otras cuatro -Madrid, Zaragoza, Sevilla y Canarias-, se pretende introducir una mayor simplificación y adoptar al gunos mandos unificados en los que necesariamente dominarán componentes distintos -Tierra Armada o Aire-, según cada caso.

Las modificaciones en estudio no se limitan a la nueva distribu ción del territorio, sino que entran de lleno en el capítulo de las atribuciones. Ahora que se cumplen los últimos días de mando del teniente general Guillermo Quintana Lacaci al frente de la I Región Militar, que tiene su cuartel general en Madrid, un colega suyo en el generalato manifestaba a EL PAIS su admiración por la tarea que ha desempeñado este militar. Luego agregaba que su gestión, desde el nombramiento para el puesto en mayo de 1979, estuvo en gran parte absorbida por contenciosos judiciales -rechazo de las sentencias sobre la operación Galaxia, capitán Juan Milans del Bosch o coronel Graíño, procesamientos de Pilar Miró y numerosos periodistas, etcétera- ajenos al mando táctico y a la inspección permanente de las unidades de su circunscripción.

Al frente de las nuevas regiones, los mandos que las desempeñen estarán liberados de la carga que hasta ahora representaba para los capitanes generales su condición de autoridad judicial. Téngase en cuenta que en este capítulo, además de los asuntos relacionados que adquirieron relevancia en los medios informativos, hay una serie interminable de cuestiones de todo calibre, que van desde la concesión de una pensión por invalidez hasta las diligencias por un accidente en el que se haya visto envuelto un vehículo militar.

Se trata en definitiva de que, aligerados de esa carga judicial y de otras que fueron haciéndose cada vez más pesadas de índole protocolaria y hasta procesional, los mandos de las nuevas circunscripciones puedan adquirir la disponibilidad necesaria. para el mando táctico y la supervisión de las unidades adscritas a, su demarcación territorial. A medlio plazo, la solución que se contempla en el campo judicial es la de formar una sala especial en el seno del Tribunal Supremo que sustituya al actual Consejo Supremo de Justica Militar.

Necesidades de voluntariado

Directamente ligado con los objetivos de racionalización y eficiencia de las Fuerzas Armadas y en línea con las recomendaciones esperadas de la OTAN, se encuentra una mejor y más amplia definición del voluntariado, cuyas necesidades se han visto incrementadas con la creciente complejidad de los modernos sistemas de armas.

El Estado Mayor estima que son necesarios mayores tiempos de permanencia de los voluntarios. Hay que establecer en consecuencia un sistema de incentivos que lo haga posible, de forma que se asegure la plena operatividad de las unidades. Al mismo tiempo, la nueva división militar del territorio llevará consigo modificaciones en el despliegue de las unidades, corrigiendo la insostenible situación actual, que sólo se entiende, según explicaba un alto oficial del Estado Mayor, como respuesta disuasoria al finalizar la guerra civil, cuando el objetivo militar era "ocupar el propio territorio y defenderse de su propio pueblo".

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