Productor legendario

Un fin de semana mediano, que sólo salva la película del lunes en Mis terrores favoritos: un clásico del cine de horror, rodado en 1933 por el alemán Karl Freund, con Boris Karloff. Entre el sábado y el domingo, aparte de dos inevitables telefilmes, seguramente poco recomendables, una película de Burt Lancaster, con guión de Borden Chase, una comedia de Alexander Korda y un filme inédito de Dmytrik.

Sir Alexander Korda -apoyado en sus hermanos Vincent y Zoltan- fue un legendario productor húngaro, que se instaló en Inglaterra en 1930 y fundó la empresa más pujante del cine inglés la London Films. Dirigió pelícuias, entre ellas Un marido ideal, pero no era ese su fuerte. Las organizaba mejor que las creaba.Entre su etapa inglesa y sus incursiones en Hollywood Korda produjo y a veces dirigió títulos tan famosos como El libro de la selva, Las cuatro plumas, El ladrón de Bagdad, La vida privada de Enrique VIII, La Pímpinela Escarlata, Ricardo III, Catalina la Grande y Lady Hamilton.

La industria inglesa se construyó sobre su ejemplo como productor. Su gusto por el gigantismo le convirtió en un precedente de las superproducciones actuales. No es este, sin embargo, el caso de Un marido ideal, una comedia de salón, basada en la obra de Oscar Wilde. Paulette Godard y Michael Wilding, en medio de una meticulosa recreación del cínico mundo wildeano.