"El modelo familiar occidental y cristiano no es el único"
"La estructura matriarcal que se da en mi país no permite afirmar que el padre sea parte de la familia; pero aquí sólo se habla del modelo familiar compuesto de padre, madre e hijos, como si todos los modelos familiares se redujeran al concepto occidental y cristiano de la misma", decía un representante de Zaire en tono crítico, refiriéndose al anteproyecto de declaración universal de los derechos familiares sobre el que está trabajando el Congreso Internacional de la Familia, que se celebra en Madrid.
En el segundo día de trabajo se ha puesto de manifiesto la pluralidad de modelos familiares existentes en el mundo, lo que ha llevado consigo una crítica sistemática al occidentalismo subyacente en los materiales de trabajo y que se refleja en formulaciones como "la familia célula natural de la sociedad" la consideración excluyente del matrimonio monogámico, el frecuente lamento de la crisis de los valores clásicos familiares, sin entrar en otras connotaciones culturales, como el rechazo contundente del aborto o la defensa de la libertad de enseñanza.Los organizadores insisten, sin embargo, en el pluralismo de la convocatoria, así como en el amplio abanico de especialistas consultados, algunos de los cuales defienden posturas opuestas a las que caracterizan, por ejemplo, a la Confederación Católica de Padres. Muchos de los encuestados ya denunciaron el localismo occidental y cristiano de la definición de familia que aparece en el citado anteproyecto, mostrándose incluso cautos en la condena del aborto. Otros, por el contrario, pedían mayor adecuación del congreso a la doctrina católica o a una concepción naturalista de la familia.
Una de las ideas más repetidas en los coloquios y por los pasillos es la crítica a los partidos políticos "que no se preocupan de la familia"; de ahí, añaden, la necesidad de iniciativas familiares, "ya que la familia es la mediación entre el individuo y el Estado". Las críticas al intervencionismo de los Estados en política familiar, en nombre de la autonomía inalienable de la misma, no obsta para que se exija al Estado que financie generosamente cuantas iniciativas propongan las organizaciones familiares, particularmente en temas de sanidad, trabajo, cultura y, lógicamente, en educación, respetando el derecho de los padres a elegir el centro educativo para sus hijos y financiándoles.
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