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La policía del País Vasco francés cuenta con algunas pistas sobre el atentado que costó la vida a un miembro de las CRS

La policía francesa dispone de varios objetos abandonados en la huida por los autores; del atentado terrorista que costó la vida al agente de las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS) Jacques Bouyer y causó heridas de extrema gravedad a su compañero Bernard Roussarie, el viernes por la noche, en Saint Etienne de Baigorri. Sobre estas pistas se basará una intensa investigación "hasta llegar al fondo de los hechos", según afirmaba ayer un portavoz.

En cuanto a las reivindicaciones de la autoría del atentado a cargo del Batallón Vasco Español e Iparretarrak (los del Norte), no se les concede demasiada fiabilidad, pese a que se hin practicado algunas detenciones entre presuntos simpatizantes ciel grupo independentista vasco.Las autoridades emitieron ayer una orden de blisca y captura contra Phllippe Bidart, de 29 años, miembro de Ipa.rretarrak, por asesinato e intento de asesinato. La orden se dictó al término del interrogatorio de seis vascos franceses. Bidart cometió en noviembre pasado un atraco en una Caja de Ahorros de las Landas, junto con otro militante Vasco francés, Xavier Manterola.

Por el momento no existe una hipótesis más fiable que cualquier otra sobre los autores del asesinato. Lo único cierto es que el atentado estaba cuidadosamente planeado. El autoirnóvil Renault 4L empleado por los agresores en su huida era propiedad de una empresa comercial denominada Grenier, radicada en, Bayona, a más de cincuenta kilómetros del lugar de los hechos, y había sido robado varios días antes. Los dos individuos, que dispararon tres ráfagas de metralleta contra los policías franceses, estaban parapetados tras un muro de piedra por si los agentes respondían con sus armas.

El automóvilón el que se dieron a la fuga y los objetos que se han encontrado en su interior o cerca del vehículo constituyen las únicas pistas, pero pueden ser suficientes. El coche apareció en la carretera de Banka, a seis kilómetros de Balgorri. No había sido abandonado. Tenía la. llave en posición de contacto y la palanca del cambio introducida en la primera marcha. De ello dedticen los investigadores que los fugitivos trataron de precipitar el vehículo en una sima, donde podría haberse tardado varios meses en encontrarlo, convir tiendo la ruta seguida para la huida en otro misterio. Su intención se habría visto frustrada al ahogarse el motor.

Desde el momento en que se conoce el punto donde los dos autores del atentado se apearon del vehículo, con la pretensión de hacerlo desaparecer, hay otro dato que ha atraído la atención de los responsables policiales. La carretera en cuestión no tiene más salida que el paso de Aldudes, en la frontera hispano-francesa. Puede llegarse también hasta Urepel, pero allí termina. Otra posibilidad es la de regresar hacia la red de comunicaciones del País Vasco francés. En tal caso, es imprescindible atravesar Saint Etienne de Baigorri.

Parece imposible que los asesinos siguieran esta ruta, porque debían conocer la existencia de más efectivos de las CRS, para los que no hubiera pasado desapercibido el movimiento de cualquier sospechoso apenas unos minutos después del atentado.

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Por su parte, la Guardia Civil, único cuerpo que permanece de vigilancia nocturna en el paso fronterizo citado, ha asegurado a sus colegas franceses que ningún vehículo solicitó la apertura de la barrera. Este es uno de los misterios que la policía gala deberá resolver, aunque será muy dif'icil. Las huellas que pudieran haber quedado si los dos terroristas huyeron a pie, por la montaña, quizá acompañados de algún cómplice, habrán sido borradas por la lluvia, que no ha cesado durante el fin de semana. Otros elementos significativos son un pasamontañas de lana que apareció en el automóvil; un trapo, tirado a unos metros, que pudiera haber servido para borrar las huellas en el vehículo, y, lo más sorprendente, un bolso conteniendo cadenas y esposas, también arrojado al suelo, no lejos del coche. Alguien ha recordado que las esposas formaban parte del instrumental capturado en manos del único comando ultraderechista que ha podido ser detenido en Francia, acusado del asesinato de un presunto militante de ETA, pero tampoco esta circunstancia es definitiva.

"Nos encontramos ante una encrucijada en la que todas las simulaciones son posibles", constata la policía francesa, "y habrá que separar con cuidado las deducciones lógicas de las ideas que los terroristas, sean quienes sean, han querido inducirnos".

Sobre la identidad de los agresores no es posible recoger una opinión unánime entre la población, fuertemente impresionada por el suceso. Puede percibirse la sorpresa y el temor generalizado de que se trate del comienzo de "una guerra" parecida a la qiie los tranquilos habitantes de Baigorri -una localidad de 2.000 habitantes que viven de la agricultura, y quizá del contrabando, en el límite español de la Navarra situada más allá de los Pirineos- siguen cada día en los periódicos mediante noticias de Bilbao o San Sebastián.

Un problema ajeno

A la confusión se suma algo que también resulta palpable. La incomodidad derivada de la sospecha de que todo se debe a un problema ajeno, trasladado desde el otro lado de la frontera. "Aquí no tenemos problemas especiales con la policía, señala el teniente de alcalde de Baigorri, Errekalde, independiente. "No es como en España. Los gendarmes son parientes nuestros, vecinos, hijos de amigos. Representan a las instituciones democráticas. Se puede estar de acuerdo o no con ellos, pero matarlos ya es otra cosa, algo que no podemos entender".

Gabriel Dermítz, reelegido consejero general (cargo equivalente al de diputado provincial español) en la primera vuelta de las elecciones cantonales, y con más del 80% de los votos, se niega a expresar una opinión hasta que se produzca una reivindicación segura de la autoría del atentado. Sus reflexiones son similares a las de Errekalde. "La violencia no nos llevará a ninguna parte. Nos interesa resolver los problemas del país, su atraso, la falta de recursos económicos. Seguimos con atención lo que: sucede en el País Vasco español, pero la situación aquí y allí ni siquiera es parecida".

Dermitz, elegido como independiente bajo el amparo del gaullista Inchauspé, cuyo oficio de banquero le sirve para tejer una sólida red de influencias locales en ausencia de un partido moderado, equivalente al PNV, cree también que las opciones políticas del País Vasco francés deben elegirse en función de los intereses inmediatos de la población. Por eso, un radicalismo violento paralelo al de ETA no obtendría más que una respuesta muy negativa de la mayoría de los ciudadanos.

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