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Gadafi quiere unir a los países árabes y europeos en un frente común contra Estados Unidos

El jefe del Estado libio, Muamar el Gadafi, trató ayer en Viena de aunar a países árabes y europeos en un frente común ante la política de los EE UU. Protegido por un semicírculo de más de 30 guardaespaldas que lanzaban miradas suspicaces sobre varios centenares de periodistas, Gadafi, que se había entrevistado antes durante una hora con el jefe del Gobierno austriaco, Bruno Kreisky, acusó al presidente de EE UU, Ronald Reagan, de practicar una política que podría conducir a la tercera guerra mundial.

Gadafi advirtió que el boicoteo norteamericano contra el petróleo de su país perjudica en último extremo a los países europeos que mantienen relaciones comerciales con Libia. "América", dijo el líder libio, "quiere sacrificar a Europa". Sin embargo, Libia está dispuesta a iniciar relaciones con EE UU "a partir de ahora mismo", si este país modifica su política, dijo Gadafi, que se negó a comentar las consecuencias del bloqueo norteamericano.Gadafi atacó duramente a Reagan, le llamó "terrorista", "ignorante" e "infantil", pero también tuvo palabras más moderadas para él: "Es nuevo y podría rectificar su política en el futuro".

El dirigente libio acusó a EE UU de atacar a países como Libia, Nicaragua, Angola, Cuba y movimientos de liberación y de aterrorizar a los jefes de Estado africano por medio de cartas, en las que se pide que Libia sea excluida de la OEA y de la Liga Arabe.

En su intento de romper el aislamiento internacional, Gadafi elogió la figura de Bruno Kreisky -"mi amigo Kreisky"-, y consideró que esta es la persona adecuada -"por su amor a la paz"- para presentar la "verdadera imagen de Libla en Europa". En unas declaraciones realizadas poco antes, Kreisky se había mostrado dispuesto a aceptar este papel, que puede ocasionarle nuevos problemas con la oposición parlamentaria. Gadafi manifestó que su visita a España, preparada en el pasado, "no ha sido suspendida", y que espera visitar nuestro país.

La visita de Gadafi a Austria, aplazada por tres veces y anunciada por sorpresa el pasado lunes, convierte al jefe del Gobierno austriaco en el primer interlocutor europeo de Gadafi, en abierta oposición a EE UU, que ha hecho coincidir el anuncio del bloqueo petrolero a Libla con la estancia del coronel Gadafi en Viena.

El Gobierno austriaco ha tratado de salir al paso a las críticas a la presencia de Gadafi con argumentos económicos, ya que Libia es un importante cliente austríaco y la estancia de Gadafi puede suponer nuevos contratos de exportación.

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Políticamente, la visita de Gadafi ha sido utilizada por la oposición austríaca. Kreisky, uno de los defensores de la OLP en Europa, sufrió un duro revés al descubrirse la implicación del representante de este movimiento en un asunto de contrabando de armas.

Con independencia de este hecho, el atentado contra la sinagoga judía de Viena y el asesinato del presidente de la sociedad austroisraelí han sensibilizado a la opinión pública sobre la política austriaca en Oriente Próximo.

Kreisky, sin embargo, ha defendido a Gadafi, y ha dicho que no existen pruebas de su vinculación con el terrorismo y le ha aceptado plenamente como interlocutor, desentendiéndose de EE UU.

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