Ronald Reagan intenta convencer al Congreso para que apruebe el presupuesto
En el curso de una reunión con los senadores republicanos, el presidente Ronald Reagan intentó convencer a los miembros de su partído para que aprueben un presupuesto fiscal para 1983 en el que destaca un déficit de 96.400 millones de dólares. La batalla del presidente norteamericano ante el Congreso coincide en un momento de caída de los índices bursátiles en Wall Street, donde el índice Dow Jones cerró por debajo de los ochocientos puntos (795,47 en la jornada del lunes).Como signo positivo se experimentó una disminución de los tipos de interés bancario, situados en el 16% en la mayoría de grandes bancos norteamericanos.
El presidente Reagan advirtió a los congresistas que no aceptará ninguna alternativa de reducción del déficit presupuestario (principal factor al que se atribuye la caída de la bolsa en Wall Street) que suponga recortes en el sector de defensa o creación de nuevos impuestos.
En términos análogos se expresó el secretario de Defensa, Caspar Weinberger, al defender ante los congresistas el presupuesto de Defensa de 216.000 millones de dólares (29% del presupuesto total de EE UU, cifrado en 757.600 millones de dólares) como un mínimo vital para responder al desafío soviético.
Weinberger dijo que por cada dólar gastado en la defensa, la mitad repercutía en beneficios para la sociedad, en términos de empleo. Añadió, por otra parte, que un simple recorte del 10% en el gasto para la defensa representaría incrementar el paro en 350.000 personas, en un momento en que el índice de desempleo supera ya el 9% en Estados Unidos.
Alternativas presupuestarias
Criticado por sus reducciones en gastos sociales, ayudas médicas, bonos para comida y despido de miles de trabajadores públicos -junto con la obligación de dos días mensuales de pago, sin sueldo, para otros muchos miles- el presidente Ronald Reagan tiene ante sí las alternativas presupuestarias que le ofrecen varios senadores.Destaca la presentada por el presidente del Comité Presupuestario del Senado, Pete Domenici, que podría servir de base para un compromiso entre el Congreso y la Casa Blanca, cara al presupuesto de 1983, cuya entrada en vigor será el próximo día 1 de octubre.
Mientras la Administración Reagan se debate para la aprobación del presupuesto en el Congreso, las previsiones de reactivación de la economía estadounidense son todavía oscuras. La anunciada recuperación económica para la próxima primavera queda retrasada a juzgar por los indicadores económicos. Se habla ahora del verano.
Pero, en realidad, la fecha fatídica para la Administración Reagan será cuando llegue el otoño y la situación económica se convierta, sin lugar a dudas, en un factor electoral de primera magnitud, para las elecciones destinadas a la renovación de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado norteamericano.
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