_
_
_
_

El presidente del Gobierno desea que las 'fuerzas moderadas' se organicen, incluyendo a los independientes, antes de 1983

El presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, pronunció ayer un discurso, en un almuerzo celebrado en Barcelona con personalidades del mundo de la política, la economía y la cultura de Cataluña, en el que solicitó la organización de las fuerzas moderadas para frenar el avance que los sondeos electorales confieren al Partido Socialista Obrero Español en las próximas elecciones generales, previstas para el 83.

Más información
Medios de la Generalidad consideran 'electoralista' el viaje de Calvo Sotelo

Para esa operación, Calvo Sotelo se comprometió a respetar la actual estructura interna de UCD, si bien hizo un claro llamamiento a los independientes. El presidente, cuyo desplazamiento a Cataluña ha sido interpretado como un intento de fortalecer la débil imagen que tiene allí su partido, agregó que la alternativa que se planteará en las generales es si el electorado quiere o rechaza una España socialista."Pienso que organizar la moderación de las visibles mayorías del país", dijo textualmente Calvo Sotelo en su discurso, "es comprometer en un objetivo común a todos los defensores de la economía, de la sociedad y del mundo libres, asegurar una legislación respetuosa y potenciadora de las instituciones, los principios y los valores morales que están en la conciencia de la mayoría de nuestro pueblo; hacer frente con firmeza a cualquier indicio de ón involución o subversión revolucionaria, son tareas que desbordan los límites formales de un partido político, y que pueden movilizar y comprometer el trabajo, la colaboración de muchos ciudadanos afines. Yo estoy dispuesto a vertebrar, con generosidad, sin cicatería burocrática, todos los esfuerzos que confluyan en esa noble dirección, convocando cuantas voluntades quieran caminar hacia ellos".

"Los españoles de este exacto presente histórico", añadió Calvo Sotelo en este mismo sentido, "no van a empeñar su confianza, ni por el reconocimiento de una tarea culminada -que entendían exigible-, ni por la garantía de una libertad, ya asumida y encarnada como patrimonio individual y colectivo. Lo que va a moverles es, primero, la claridad de las propuestas ideológicas; la coherencia entre los presupuestos doctrinales de los partidos y sus ofertas programáticas. Si se desea moderación, parece más razonable encomendar la tarea a los moderados, que no a quienes improvisan su moderación sólo para que se les encomiende la tarea".

"Me gustaría convocar a cuantos coinciden con nosotros en la primacía del hombre, en la defensa de las libertades reales y, entre ellas, de la libertad que encierra la disciplina del mercado", prosiguió Calvo Sotelo. Y puntualizó: "Quiero que esta convocatoria se entienda rectamente. Es cierto que tenemos que eliminar la presencia excesiva del Estado en la sociedad; pero también es cierto que tenemos que asumir, que meter dentro de la política, mucha realidad social que ahora acampa extramuros de ella. Y quizá sea este almuerzo un buen ejemplo de lo que quiera sugerir. No se trata, por supuesto, de hacer confusos los perfiles de la organización de los partidos; en esta fase de nuestro desarrollo político hemos de fortalecer y de consolidar los partidos como, piezas clave del régimen".

Fórmulas flexibles de penetración social

El párrafo del discurso en el que Calvo Sotelo hizo un claro llamamiento a la incorporación de los independientes -tema éste que ha suscitado, y todavía suscita, no poca polémica en el seno de su partido, especialmente entre los Centristes de Catalunya-UCD-, es el siguiente: "La organización externa de un partido ha de guardar necesariamente relación con los supuestos ideológicos que lo inspiran. Un partido de dentro, en cuya fundación coinciden distintas aportaciones, ha de buscar fórmulas flexibles de penetración social, ha de manifestar su permanente disposición de apertura a grupos y a hombres no inscritos, y que tal vez no quieren inscribirse, pero que aceptan los principios fundamentales en que el partido se inspira, y aún sin militar en él lo apoyan pública y activamente".

"Así se hizo en 1977, y no hay por que dejar de hacerlo en 1982. Y yo, desde luego estoy dispuesto a hacerlo sin merma de la integridad ni lesión de la estructura interna de UCD, y apoyándome siempre en los cuadros". "Una UCD fiel a sus orígenes", concluyó, "renovada en sus propósitos, abierta a cuantos se saben afines, tiene vocación y voluntad para seguir siendo en la próxima legislatura el eje de la evolución política española".

En otro momento de su intervención, el presidente Calvo Sotelo tuvo palabras de elogio para su predecesor en la jefatura del Gobierno, si bien hizo especial hincapié en el periodo de la transición: "Yo me enorgullezco de haber participado en la fundación de un partido político y de haber colaborado en la inmediata proximidad de un hombre (Adolfo Suárez) que fueron, hombre y partido, protagonistas de la transición y de la reforma políticas".

"La reforma ya está hecha"

Para Calvo Sotelo, "la tarea de la reforma política está sustancialmente hecha". "Con todas las imperfecciones que hayan podido atribuírsele, es una empresa que, sin duda, será históricamente reconocida y sobre la que tenemos la convicción íntima del acierto", añadió.

Pespecto al juicio sobre el frustrado golpe de Estado, Calvo Sotelo declaró: "El fracaso del 23 de febrero -hoy ya materia de jueces, primero, y de historiadores, después- ha dado ocasión a que florezcan por todas partes paladines de la defensa de la democracia. Los hombres de centro hemos acreditado nuestro aprecio por la libertad en la más eficaz de las formas posibles, restituyéndola, y nuestra voluntad de servicio a la democracia, con el más convincente de los argumentos: construyéndola".

Finalmente, y en relación con el hipotético avance del PSOE, Calvo Sotelo manifestó: "Una mayor presencia de UCD en Cataluña será siempre un factor de estabilidad. En las próximas elecciones legislativas se volverá a presentar ante los electores una alternativa fundamental, que predomina sobre cualquier otra; la que se resume en la pregunta: ¿quieren ustedes o no una España socialista?. Esa es, esa será, la cuestión. Yo estoy seguro de que en Cataluña, como en España, hay una amplia mayoría que no quiere ensayar la aventura del socialismo. Y estoy seguro de que el lugar desde el que más eficazmente se sirve a esa convicción, sin riesgo de dispersión de fuerzas ni de radicalización ideológica, es UCD, será UCD, en 1983 como en 1979.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_